Aunque a partir de su descubrimiento ha sido objeto de investigación en un sinnúmero de estudios y asimismo ser considerado como uno de los sitios arqueológicos más conocidos de Mesoamérica, sobre la cultura que fundó la antigua ciudad de Teotihuacan es mucho más lo que se ignora que lo que se conoce.

  Al respecto, en el número más reciente de la revista Ciencia, Jesús Torres Peralta, del Centro de Estudios Teotihuacanos del INAH, señala: "No sabemos cuál era la lengua o el idioma que hablaban los teotihuacanos, la forma de su organización política y social, el nombre que dieron a sus construcciones, etcétera", y explica que fueron los mexicas quienes dieron a la ciudad el nombre con que se le conoce.

  Sin embargo, y a pesar de no tener al tiempo y otros factores de su parte, arqueólogos del INAH en colaboración con Saburo Sugiyama, de la Universidad de la Prefectura Japonesa, han logrado encontrar otra pieza que parece contribuir a dar forma al rompecabezas teotihuacano.

  Si bien hasta ahora las evidencias parecen señalar que el declive Teotihuacano contemporiza con los estadios iniciales de las ciudades mayas del Sur de México y Guatemala, los expertos reconocen diferencias pronunciadas entre ambas culturas y evidencias apenas perceptibles que podrían denotar alguna especie de interacción.

  Sin embargo, el descubrimiento reportado por Rubén Cabrera y Saburo Sugiyama pone nuevamente sobre la mesa de discusión la relevancia que las posibles relaciones existentes entre ambos grupos pudieron haber tenido.

Mayas y reales 

Se trata del hallazgo de un entierro localizado en el interior de la pirámide de la Luna, en aquel sitio arqueológico, cuyas características parecen relacionar estrechamente a la aristocracia teotihuacana con los mayas.

  En el reporte, difundido a través del departamento de prensa de la Universidad del Estado de Arizona (ASU), de donde Saburo Sugiyama también es investigador asociado, se indica que el descubrimiento de un entierro funerario al interior de la pirámide de la Luna, formado por tres cuerpos posicionados ceremonialmente a la usanza maya, además de contener otros objetos  ceremoniales, contiene artefactos de jade que parecen ser de origen maya.

  En el comunicado emitido por la ASU, Sugiyama explica: "Algunos objetos de jade que encontramos en el interior de la tumba, son de estilo maya, justamente del tipo que era utilizado como símbolo de la élite gobernante o de los miembros de las familias reales en las antiguas sociedades mayas".  El investigador reconoció además que las ofrendas halladas sugieren con firmeza la existencia de una relación directa entre el grupo gobernante teotihuacano y las familias reales mayas.

  Entre los objetos localizados en la tumba, destaca particularmente una estatuilla de jade que representa a una persona con características relativamente realistas y de ojos grandes. 

  Por su parte, Rubén Cabrera explicó en entrevista a la AMC que "el hecho de haber encontrado objetos de jade en este entierro, podría implicar una gran posibilidad de la existencia de relaciones ya sea de comercio, o bien de intercambio o incluso explotación entre ambos pueblos. Incluso podría suponerse la existencia de yacimientos de jade –que únicamente procede de aquella zona mesoamericana– que hayan estado bajo el dominio teotihuacano".

  Cabe mencionar que el jade es un material precioso y raro de América Central. Los investigadores señalan que el yacimiento más cercano de este elemento se localiza en el Valle de Montagua en Guatemala.

  Sin embargo, las evidencias que asocian de alguna manera a mayas y teotihuacanos no son del todo novedosas, explicó Cabrera. Dijo que hace aproximadamente ocho años, se reportó el descubrimiento de una tumba en Copán, Honduras, que aparentemente se trata del fundador de la dinastía gobernante de aquella antigua ciudad, y que muestra importantes rasgos que han hecho suponer a muchos expertos que se trata de un personaje originario de Teotihuacan.

¿Personajes de la élite? 

A diferencia de las otras tumbas que han sido recuperadas previamente de la pirámide de la Luna, estos tres cuerpos no presentaban las manos atadas, por el contrario, fueron sepultados en una posición sedente y con las piernas cruzadas, lo cual es raro de encontrarse en ese lugar, señalaron los arqueólogos.

  Explicaron que dicha posición se ha podido observar en imágenes de murales, esculturas y figurillas de sacerdotes, dioses o guerreros  en Teotihuacan y otros sitios relacionados.

  Los reportes indican que los tres cuerpos masculinos, muertos aproximadamente a los 50 años de edad, estaban adosados con los ornamentos más ricos jamás encontrados en ninguna tumba anteriormente encontrada en Teotihuacan.

  Rubén Cabrera señaló que la evidencia parece indicar que lo más probable es que los tres cuerpos hayan sido sepultados simultáneamente, "y como no es factible suponer que los tres hayan muerto al mismo tiempo, pensamos que posiblemente uno de ellos, era un personaje importante que, cuando falleció, fue sepultado con otros dos acompañantes cuya muerte no creemos que haya sido espontánea", advirtió.

  Sobre la posibilidad de que estos restos óseos presentaran características semejantes a las de los mayas, Cabrera señaló que eso está por determinarse, ya que a simple vista, y debido a las pésimas condiciones en que se conservaron dichos restos, es imposible saberlo.

  Dijo además que diversos grupos de investigación en antropología física se han mostrado interesados en realizar estudios comparativos del ADN de los huesos hallados en la tumba, con el fin de determinar su parentesco. Sin embargo, advirtió que a pesar de las grandes posibilidades que pueden derivar de este tipo de análisis, aún no existe información disponible suficiente para realizar estudios comparativos que puedan definir su origen étnico. "Es una herramienta poderosa, pero desgraciadamente, poco accesible en el futuro cercano", señaló.

  Saburo Sugiyama dijo que la evidencia arqueológica apunta más bien hacia que los teotihuacanos intervenían en la política de los mayas.  Asimismo, Rubén Cabrera dijo que lo más factible es que mayas y teotihuacanos hayan sostenido relaciones diplomáticas y políticas "a reserva de los hallazgos de Copán", advirtió. 

  Los tres cuerpos, según explicó el arqueólogo del INAH, fueron encontrados "prácticamente hechos astillas, ya que el sitio en donde fueron hallados fue rellenado con material de construcción en alguna etapa de la pirámide".  Dijo además que las excavaciones en esa zona de la pirámide no han concluido aún, y que esperan encontrar más datos que conduzcan a aclarar sus hallazgos en la próxima temporada de estudio, que está planeada a mediados del 2003.

Reportero de la Agencia y Coordinación de Prensa y Difusión de la AMC Karla Peregrina Oropeza Material publicado en: www.amc.unam.mx en Agencia de Noticias No. 44.