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La salud y la salud mental de niños y
jóvenes mayas en San Francisco 1

Alberto Pérez Rendón MD, MPH

Instituto Familiar La Raza
Indigena Health and Wellness Collaborative
San Francisco, CA. Noviembre 2011

 

Antecedentes

Aunque a menudo se piensa que la comunidad Latina en los Estados Unidos es homogénea, con un simple pasado étnico y lingüístico, los latinos inmigrantes y los nacidos en los EU son realmente diversos. De acuerdo con cifras del último Censo de Población de los Estados Unidos, realizado en el verano de 2010, en San Francisco había alrededor de 121,774 latinos; población que representa cerca del 15% de la población total. La diversidad de los inmigrantes de América Latina y los latinos nacidos en los EU incluye varios aspectos: lugares de origen, prácticas religiosas y espirituales, historias de inmigración, estatus legal y orígenes raciales y étnicos. Los grupos indígenas son sólo un grupo de los muchos que pueden incluirse dentro de la comunidad latina en San Francisco y representan un segmento ampliamente diverso y creciente dentro de dicha comunidad. Los mayas de la Península de Yucatán y Chiapas, en México, y Guatemala en Centroamérica, se encuentran entre las comunidades de inmigrantes indígenas más evidentes y de rápido crecimiento en San Francisco. Otras comunidades de inmigrantes indígenas incluyen a quechuas y a otros grupos de Sudamérica, de Oaxaca y del centro y norte de México.

 

La migración maya a los Estados Unidos

Los mayas y otros indígenas inmigrantes llegan a los Estados Unidos por diversas razones y enfrentan una serie de retos particulares a su contexto: pobreza extrema, discriminación y, en algunos casos, persecución. Los indígenas mexicanos comenzaron a emigrar en grandes cantidades hacia los Estados Unidos a principios de 1980. En las siguientes tres décadas, miles de ellos, de diversos orígenes étnicos (triquis, zapotecos, mixtecos, nahuas, mayas y otomíes) arribaron a los Estados Unidos buscando protección, empleo y mejores oportunidades económicas.

Determinar el número y las características demográficas de los inmigrantes indígenas en los Estados Unidos es una tarea muy difícil. Una de las principales razones es porque a menudo son incluidos, sin distinción, en la gran comunidad de inmigrantes latinos, de manera que sus particularidades lingüísticas, culturales y socioeconómicas pasan desapercibidas dentro de ésta. Como resultado, los inmigrantes indígenas a menudo quedan invisibilizados y, tanto sus aportaciones culturales y lingüísticas como sus necesidades específicas, son ignoradas por los prestadores de servicios, los encargados de formular las políticas gubernamentales y los organizadores de la comunidad, entre otros. Los inmigrantes indígenas son diferentes de sus homólogos no-indígenas o mestizos; ellos conservan y utilizan en su vida diaria sus antiguas prácticas de raigambre cultural, espiritual y tradicional. Esto incluye el uso de sus lenguas originarias como el principal medio de comunicación.

Lamentablemente, en la mayoría de los casos, los inmigrantes indígenas vienen a los Estados Unidos cargando un largo legado de exclusión política, social, cultural, racial y económica. Siglos de opresión y discriminación en la mayoría de las comunidades indígenas de América Latina han dejado una gran huella de pobreza, exclusión social así como deplorables condiciones socioeconómicas. En México, según la Comisión Nacional para el Desarrollo de las Pueblos Indígenas (CDI), agencia gubernamental a cargo de las relaciones entre el gobierno federal y las comunidades indígenas, aún existen unos 62 grupos indígenas. La mayoría de dichas comunidades aún carecen de servicios básicos e infraestructura. A pesar de que los caminos, escuelas y clínicas están llegando lentamente a muchas comunidades, los servicios de salud y de educación son aún escasos y de mala calidad; los empleos también son insuficientes y los sueldos son muy bajos en la mayoría de los casos. Información recopilada por la CDI, demuestra que todavía hay un largo trecho por recorrer para mejorar las condiciones socioeconómicas en las comunidades indígenas de México en áreas como salud, educación y empleo. No es de sorprender que la mayoría de los municipios en México con población predominantemente indígena sean clasificados como regiones de pobreza extrema y muy extrema por la Secretaría de Desarrollo Social, agencia gubernamental a cargo de combatir la pobreza en el país.

En los últimos años, muchas comunidades mayas han vivido conflictos y violencia. Décadas de guerra civil en Guatemala y el levantamiento indígena de Chiapas en 1994 son ejemplos de conflictos que han impactado directamente a algunas de las comunidades mayas que ahora migran a la Bahía de San Francisco, y muchos de ellos han estado expuestos a violencia, lesiones y traumas emocionales.

El Tratado de Libre Comercio, pactado entre las naciones en desarrollo de América Latina y potencias económicas como los Estados Unidos y Europa, tuvieron un efecto devastador en la economía de subsistencia de los agricultores indígenas. La introducción de maíz de poco valor nutritivo y otros productos agrícolas procedentes de países desarrollados hacia los mercados débiles de países en vías de desarrollo devastaron la economía de miles de familias indígenas que no tenían la infraestructura y el capital para competir contra los gigantes complejos agroindustriales; siendo obligados a dejar de producir e ir en busca de mejores oportunidades fuera de sus comunidades. Desastres naturales como huracanes e inundaciones, que destruyeron la infraestructura y devastaron los campos de cultivo en algunas regiones de México y Centroamérica, también contribuyeron a empeorar la desesperante situación económica en la que ya se encontraban las familias. Todos estos factores, aunados a la falta de capital social y político entre la población indígena de América Latina, han forzado a miles de jóvenes mayas a dejar sus pequeñas comunidades para venir a California y a otros lugares de los EU en busca de empleos y mejores oportunidades para ellos y sus familias.

Los municipios en México con el 40% o más de población indígena están pintados de acuerdo a su nivel de pobreza. Las áreas en rojo están categorizadas como áreas en extrema pobreza de acuerdo con el Instituto Nacional Indigenista (Hoy CDI). Muchas de las poblaciones de donde provienen los migrantes mayas están localizadas en la zona roja del centro de la Península de Yucatán y el norte de Chiapas.
Fuente: Indicadores Socioecónomicos de los Pueblos Indígenas de México 2003.

 

La comunidad maya en San Francisco

Durante las dos décadas pasadas, miles de mayas de Yucatán, Chiapas y Guatemala han arribado a la ciudad de San Francisco. La Asociación Mayab, organización comunitaria dedicada brindar ayuda a las familias mayas en el área de la Bahía, estima que cerca de 15,000 mayas yucatecos viven actualmente en San Francisco. Los inmigrantes mayas de otras regiones como los ch’oles, tzeltales y mames, también han hecho de San Francisco su nuevo hogar; sin embargo, la información estadística disponible sobre ellos no es muy confiable y es muy limitada. Una evaluación sobre las necesidades de salud mental de niños y jóvenes mayas, realizada en el 2005 por el Instituto Familiar de La Raza, reveló que los mayas son el grupo más reciente en San Francisco, ya que más del 80% de sus miembros se trasladaron al área en los cinco años anteriores a la evaluación. La evaluación también reveló que una gran proporción de los mayas que vivían en San Francisco en ese momento, eran hombres jóvenes solteros de entre 14 y 35 años, y que en su gran mayoría trabajaban en la industria restaurantera y en servicios industriales. Algunas de las zonas donde habitan numerosas familias son el área de las calles 16 y Mission (en el Distrito de Mission); la calle Clemente y el Boulevard Geary (en el Distrito de Richmond), así como las áreas del Centro Histórico y del Distrito Tenderloin. El estudio también reveló algunos de los más apremiantes desafíos de salud que enfrentan los inmigrantes mayas en San Francisco, entre los que destacan la depresión, estrés, abuso de sustancias y violencia. Asimismo, proporcionó una lista de fortalezas (solidaridad, espiritualidad, religiosidad y cultura) que fungen como protección a la comunidad.

Los inmigrantes mayas también se han asentado en otras partes del Área de la Bahía. En las afueras de San Francisco hay varias comunidades mayas, como en el Distrito Canal en San Rafael y el área de Fruitvale en Oakland. Otras áreas con crecientes comunidades mayas son San Mateo, El Granada y La Bahía de la Media Luna en la península y en el área de la costa, y Novato, Petaluma y Santa Rosa en el área de la Bahía del Norte. En total, el número de inmigrantes mayas que viven en el Área de la Bahía puede llegar a varias decenas de miles.

Funcionarios de la Oficina de Atención al Migrante del Estado de Yucatán reportaron que miles de inmigrantes de origen maya se han asentado en áreas como Los Ángeles, Thousand Oaks y San Bernardino en el sur de California y Fort Bragg en el norte de California. Portland en Oregon y Seattle en Washington son también ciudades que experimentan un rápido crecimiento en el número de inmigrantes mayas que se están mudando a sus barrios y áreas suburbanas cercanas.

 

Una comunidad maya en transformación en San Francisco

Muchos jóvenes mayas yucatecos inmigrantes que llegaron a San Francisco entre mediados y fines de los años 90 y a principios del 2000, viajaban periódicamente de ida y vuelta entre San Francisco y Yucatán para visitar a sus familiares. Sin embargo, el aumento en la seguridad fronteriza, hizo mucho más peligroso y costoso cruzar la frontera sin documentación. Asimismo, la difícil situación económica de los migrantes en sus países de origen, ha forzado a muchos de éstos a permanecer en los EU por períodos de tiempo más prolongados. Como consecuencia, muchos varones jóvenes solteros que han permanecido en San Francisco unos cuantos años, están trayendo a sus familias para residir aquí. En años recientes, cada vez más mujeres mayas con sus hijos llegan a San Francisco para reunirse con sus esposos y padres. Además de los niños que llegan con sus madres, muchas de estas familias planean tener hijos al reencontrarse. En un proceso paralelo, muchos otros jóvenes mayas inmigrantes que llegan solteros y que han vivido en los EU por unos cuantos años, están llegando en edad de casarse y empezar una familia. Estas tendencias han ocasionado un rápido incremento de niños y jóvenes mayas que están viviendo en San Francisco.

Los jóvenes y niños están emergiendo como nuevos segmentos en crecimiento en la comunidad maya. A pesar de no contar con datos precisos sobre la composición demográfica de esta comunidad, los proveedores de servicios, escuelas y organizaciones comunitarias en San Francisco ya están sintiendo el impacto de este fenómeno en la composición de la comunidad maya. Muchas de dichas instituciones registran cada vez a más y más niños y mujeres mayas que llegan solicitando servicios. La Asociación Mayab reporta que en los últimos dos o tres años, el número de mujeres y niños que asiste a sus actividades sociales y culturales ha aumentado significativamente en comparación con años anteriores. La escuela primaria Marshall, en el barrio de la Misión, dedicó las celebraciones del Día de la Raza, de este año, al reconocimiento y valoración del legado maya de un gran número de sus estudiantes. La Escuela Secundaria Everett también ha registrado un incremento en el número de jóvenes mayas que se han inscrito en la escuela en los últimos años.

Los eventos sociales y celebraciones familiares en la comunidad maya (fiestas de quince-años, bautizos, confirmaciones, bodas y baby showers) han aumentado en los últimos tres años. De acuerdo con la Asociación Mayab, esta tendencia demuestra que más familias se están reunificando en San Francisco y que el número de niños y jóvenes mayas que viven en la ciudad está creciendo de manera acelerada.

 

Los mayas en California

Desde principios del 2000, algunos artículos periodísticos reportaron el rápido crecimiento de la comunidad maya en San Francisco y San Rafael en el norte de California. Los autores de estos reportajes coincidieron en que San Francisco es una de las áreas más importantes de recepción de inmigrantes mayas yucatecos en los EU.

En el 2004, Patricia Fortuny Loret de Mola, en su ensayo, “Hetzmek trasnacional: entre Oxkutzcab y San Pancho”, describe el trayecto que muchos jóvenes mayas inmigrantes siguen antes de llegar a trabajar a los EU. De acuerdo con Fortuny, muchos inmigrantes mayas de Yucatán inician su recorrido en ciudades cercanas como Cancún, Mérida y Playa del Carmen, en donde fácilmente encuentran trabajo en la industria turística de la Península de Yucatán.

Después de algunos años de trabajo en estos lugares, muchos inmigrantes se dirigen hacia el Norte, hacia Estados Unidos, en donde los salarios son más altos y los trabajos en la industria restaurantera y de servicios están aún disponibles para quienes poseen experiencia en estos sectores. En el 2003, el periodista Garance Burke escribió un artículo para Crónicas de San Francisco donde describe la experiencia de los inmigrantes yucatecos y chiapanecos en San Francisco, enfocándose particularmente en las contribuciones de estas comunidades a la industria restaurantera de esta ciudad. Burke relata cómo utilizando su experiencia laboral previa y sus redes comunitarias y familiares, los migrantes fluctúan entre trabajos de ese mismo sector económico. En un artículo del periódico mexicano La Jornada, Naomi Adelson (2002) describe la experiencia de un inmigrante maya yucateco que trabajó en Cancún como conserje el tiempo suficiente para reunir el dinero que le permitiera viajar a los EU para trabajar en la industria restaurantera. Este artículo nos permite observar las aportaciones culturales y sociolingüísticas de los inmigrantes mayas a San Francisco y San Rafael.  

Los inmigrantes mayas que viven en San Francisco provienen principalmente del Estado de Yucatán en el sur de México; pero también hay mayas de otros estados de México y de Guatemala. La mayor parte de los autores ubican el origen de la migración maya yucateca a San Francisco en la ciudad de Oxkutzcab en el sur de Yucatán. Sin embargo, Anne Whiteside, profesora de City College-Campus Mission encontró, en una investigación participante que realizó en el 2003 entre los mayas yucatecos viviendo en San Francisco, que los inmigrantes mayas provienen, al menos, de una docena de diferentes pueblos del sureste de México.

Históricamente, la migración maya de Yucatán a San Francisco se puede remontar a principios de 1950, cuando el programa de trabajo temporal Bracero trajo a miles de agricultores mexicanos para cubrir los puestos vacantes que, debido a la participación en la guerra en Europa, se habían creado. Durante este período, las autoridades mexicanas reclutaron a cientos de mayas yucatecos para traerlos a trabajar a los campos agrícolas de California. Cuando el Programa Bracero terminó en 1962, muchos de estos trabajadores se quedaron en California y se convirtieron en los pioneros de la migración maya a este estado.

El número exacto de inmigrantes mayas que viven en San Francisco es aún incierto. Los funcionarios del Gobierno del Estado de Yucatán, responsables del Departamento de Atención al Migrante creen que para mediados del año 2000, cerca de 15,000 mayas habían salido de Yucatán y que la mayor parte de ellos tenían en la mira a San Francisco en los EU como destino final. Whiteside encontró en una muestra de 170 inmigrantes mayas yucatecos que viven en San Francisco que casi el 84% de ellos eran varones y que aproximadamente la mitad eran originarios de la ciudad de Oxkutzcab en Yucatán y, el porcentaje restante, eran de una serie de pueblos más pequeños que se encuentran alrededor de Oxkutzcab y Peto en Yucatán. Otro hallazgo importante fue el rango de edades encontrado en esta muestra, más del 30% del total tenía entre 19 y 25 años y el 56% entre 26 y 45 años. Casi el 70% reportó que el maya yucateco era su primera lengua y cerca del 60% dijo que tenía un buen dominio de dicha lengua. Aunque muchos de ellos eran bilingües (español y maya), el 96% dijo que se sentían más cómodos usando un traductor para acceder a servicios, y el 23% expresó que consideran la lengua como una barrera para acceder a servicios de salud. De manera importante, un 23% indicó que ya poseen un buen dominio del inglés. Por último, otro descubrimiento relevante de Whiteside fue que la gran mayoría de esos inmigrantes llegaron a San Francisco en los cinco años anteriores al estudio.

Naomi Adelson (2002) reportó el incremento de dinero enviado por los trabajadores mayas en California a sus familiares en Yucatán. En el año 2000, los inmigrantes mayas enviaron aproximadamente 6.6 millones de dólares en remesas, únicamente al estado de Yucatán. Para el 2003, esta cifra aumentó a $52 millones de dólares, y en 2004, las remesas ascendieron a casi $80 millones dólares. Actualmente, más de $120 millones de dólares son enviados en forma de remesas de Yucatán a California. Este aumento de más de diez veces en sólo diez años da testimonio del rápido crecimiento de esta población en los últimos años.

 

La salud de las poblaciones indígenas en los Estados Unidos

Huyendo de la pobreza extrema, discriminación y, en algunos casos, de la persecución, los indígenas mexicanos empezaron a migrar a los EU a inicios de 1980. Durante las siguientes tres décadas, miles de inmigrantes indígenas de diversos grupos étnicos (triquis, zapotecos, mixtecos, nahuas, mayas y otomíes) han sido reportados trabajando a lo largo y ancho de los EU. El Censo del 2000 estimó que el tamaño de la población nativo-americana de origen hispano, a nivel nacional, es de 407,000 individuos. El Censo también informó que esta población creció casi un 146% en la última década, lo que hace de California, un estado con la comunidad nativo-americana de origen hispano más grande en los EU.

Étnica, cultural y lingüísticamente, los indígenas son distintos del resto de la población en sus países de origen, y enfrentan muchos retos para acceder a servicios y participar en condiciones de igualdad en sus comunidades. Estas diferencias (étnicas, culturales y lingüísticas) son factores determinantes de las condiciones de salud de los miembros de estas comunidades. En un estudio de caso titulado “Alive and Well”, Bade (2004) describe las dificultades que enfrentan los agricultores indígenas mexicanos al acceder y utilizar los servicios de salud en el Valle Central de California. Bade encontró que los obstáculos más importantes que encaran, mientras intentan acceder a los servicios de salud, son de tipo cultural y lingüístico, pobreza y falta de seguro médico. Jacobs y Kissam (2005) encontraron que una razón importante de esta falta de atención médica a necesidades específicas de las comunidades de inmigrantes indígenas en los EU es la inadecuada captación y procesamiento de la información sobre minorías étnicas y, específicamente, de los grupos de inmigrantes indígenas. La inconsistencia, así como los vacíos de información en el conteo de los grupos indígenas, de su distribución geográfica y de su situación socioeconómica, dejan a los organismos y asociaciones sin información precisa para organizarse en el trabajo de planeación, elaboración de presupuestos y prestación de servicios a estos grupos.

Barbassa (2003) informó sobre el incremento de hablantes de lenguas indígenas que residen en Fresno y sus alrededores, así como los desafíos que representa tanto para los proveedores de servicios de salud que batallan para comunicarse de manera efectiva con sus pacientes indígenas, como para los propios inmigrantes que tienen muy pocos miembros en sus comunidades que puedan fungir como intermediarios e intérpretes. La Fundación para la Asistencia Legal Rural en California (California Rural Legal Assistence Foundation) CRLA, por sus siglas en inglés, otorgó una cantidad considerable de recursos humanos y financieros para atender las necesidades de los inmigrantes que trabajan en los campos de California. Si bien los programas de esta fundación reclutaron y entrenaron con éxito a un equipo de trabajadores latinos y chicanos para acceder y proporcionarles servicios a la comunidad de inmigrantes hispano-hablantes, en los últimos años enfrentan el reto de brindar servicios a inmigrantes mixtecos y zapotecos, cuyo dominio del español es limitado y que, además, poseen distintos valores culturales y necesidades sociales. El Proyecto de Agricultores Indígenas (Indigenous Farmworker Project, 2004) le permitió a la CRLA atender los retos lingüísticos y culturales que plantea la llegada de agricultores indígenas a diversas zonas del estado de California. Desde su creación en 1993, el proyecto ha enfrentado con éxito una gran variedad de problemas legales que afectan a los inmigrantes indígenas, que van desde los derechos laborales y asuntos de inmigración hasta las inadecuadas condiciones de vivienda. En California, inmigrantes indígenas del estado de Oaxaca se han organizado en distintas asociaciones y agrupaciones sin fines de lucro con el fin de satisfacer las necesidades de sus comunidades en ambos lados de la frontera. Estas organizaciones trasnacionales como el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB) por sus siglas en inglés, han contribuido a fortalecer la capacidad de sus comunidades para promover cambios en las políticas que los involucran, así como conseguir financiamiento para iniciativas que buscan combatir los problemas que les afectan tanto dentro de los Estados Unidos como en México. En el 2001, el Frente fundó en Fresno el Centro de Desarrollo Indígena Binacional como un intento por reunir a todas las organizaciones de indígenas mexicanos para trabajar por el logro de objetivos comunes y avanzar en la consecución de sus programas en los Estados Unidos y México. Este ambicioso proyecto ha establecido un programa de intérpretes que tiene como objetivo ayudar a los inmigrantes indígenas monolingües para acceder a servicios legales y de salud, entre otros. Asimismo, brinda una serie de programas para ayudar a las comunidades indígenas a acceder mejores servicios de salud, de educación y de preservación de la cultura.

 

El programa “Iniciativa de Salud y Bienestar Indígena”

En el 2009, el Instituto Familiar de La Raza y la Asociación Mayab acuerdan instaurar el programa “Iniciativa de Salud y Bienestar Indígena”. El programa proporciona a las familias indígenas en San Francisco una gama de servicios que incluyen difusión de información y educación en salud, identificación temprana, información y remisión a servicios sociales, legales y de salud. El programa también apoya a los participantes con métodos curativos tradicionales y modernos, incluyendo talleres de artesanías tradicionales, actividades ceremoniales y culturales y manejo de casos y servicios de salud mental. El programa es auspiciado por el Instituto Familiar de La Raza e incorpora más de la mitad del presupuesto y el apoyo de la Asociación Mayab. Poco después de haberse puesto en marcha el programa, el Centro de Salud para Nativo-Americanos (Native American Health Center) se unió a la iniciativa proporcionando datos de identificación temprana, gestión de casos y servicios generales a niños y jóvenes mayas. La colaboración está basada en un equipo de promotores de salud de origen maya que llevan a cabo actividades de difusión y educación, y ayudan en la organización de eventos culturales y tradicionales. Los promotores de salud también organizan talleres y otras actividades grupales, así mismo proporcionan a los individuos y sus familias asistencia de intérpretes y de navegación en la red para buscar servicios sociales y de salud.

 

Evaluación de las necesidades en salud mental de niños y jóvenes mayas

Esta evaluación de las necesidades de salud comunitaria fue realizada en San Francisco durante el verano del 2011, cuyo propósito fue recopilar información para crear un perfil comunitario de los niños y jóvenes mayas en San Francisco, así como identificar los retos de salud y salud mental que enfrentan los jóvenes y niños, susceptibles de ser atendidos.

 

Población objetivo

La población objetivo de esta evaluación fueron los niños y jóvenes de ascendencia maya que radican en San Francisco. Los rangos de edad que se consideraron para la evaluación, fueron niños pequeños y en edad preescolar de 0 a 5 años, niños en edad escolar de 6 a 12 años y jóvenes de 12 a 18 años.

Aunque el objetivo inicial de esta evaluación era identificar los retos que enfrentan los niños de ascendencia maya en edad escolar en San Francisco; a medida que la evaluación avanzó, se volvió evidente que los problemas que afectan a los niños de 0 a 5 años estaban también afectando sustancialmente a la mayoría de los padres participantes en el estudio. Por esta razón, los problemas que afectan a este sector (niños de 0-5 años),  fueron incluidos en la evaluación. Por último, aunque los padres no fueron el objetivo principal de la evaluación, como informantes clave, sus voces fueron incorporadas en los resultados y análisis de la evaluación.

 

Metodología

Se constituyeron tres grupos focales entre los padres de origen maya, de hijos en edad escolar viviendo en San Francisco. Los padres fueron reclutados entre los participantes de las actividades grupales del programa “Iniciativa de Salud y Bienestar Indígena” (Indigena Health and Wellness Collaborative) y entre los miembros de Asociación Mayab. Las reuniones con los grupos focales se llevaron a cabo en las oficinas de la Asociación Mayab en San Francisco. Todos los participantes de los grupos eran padres o cuidadores de al menos un niño en edad escolar. Cada participante recibió un certificado de regalo de 25 dólares como compensación por su participación en el estudio, y cada grupo focal duró aproximadamente 60 minutos. Antes de su participación en los grupos, los padres recibieron instrucciones sobre el propósito de la evaluación y las implicaciones de su participación.

Después haber obtenido el consentimiento de cada participante, los entrevistadores procedieron a realizar nueve preguntas, que los participantes contestaron grupalmente. Se tomaron notas escritas y grabaciones de cada grupo focal. Cabe señalar que las grabaciones no se utilizaron como el método principal de recopilación de datos para el estudio, sino como un medio para tener una copia de seguridad de toda la información recopilada, así como para fines de verificación.

El cuestionario abarcó tres áreas específicas:
1. Información general y demográfica sobre los niños y jóvenes mayas que viven en San Francisco.
2. Salud física, salud mental y otros problemas socioeconómicos que enfrentan los niños mayas viviendo en San Francisco.
3. Fortalezas y posibles oportunidades de atención de los retos a los que se enfrentan los niños mayas.
También se pidió a los padres que hicieran sugerencias sobre las maneras de abordar algunos de los problemas que afectan a sus hijos y que identifican como los más apremiantes.

Además de los grupos focales, también se realizaron entrevistas individuales con jóvenes y con tres informantes clave. Los jóvenes entrevistados para este estudio respondieron un cuestionario de nueve preguntas abiertas. Tanto ellos como sus padres dieron su consentimiento y también recibieron un certificado de regalo de 25 dólares como incentivo por su participación en el estudio.

Los informantes clave eran académicos que han hecho investigaciones en la comunidad de inmigrantes mayas. Uno de ellos, un estudiante de doctorado en antropología, ha seguido la migración maya durante varios años, ha vivido en Yucatán y Chiapas durante los últimos cuatro veranos y ha pasado un tiempo con las familias de inmigrantes mayas en ambos lados de la frontera. El segundo informante clave tiene un doctorado en lingüística y es profesor en una universidad local en el Área de la Bahía y en una universidad pública en Yucatán. Este informante habla maya yucateco y actualmente está realizando una investigación sobre las actitudes de los padres mayas hacia la educación superior de sus hijos en los EU. El tercer informante es miembro de la comunidad maya en San Francisco, tiene amplia experiencia en el manejo de programas y en la prestación de servicios a las familias mayas en San Francisco y Centroamérica. También se entrevistaron a otros informantes para el estudio, entre éstos destaca un estudiante de doctorado en la especialidad de Educación, cuya tesis se centró en los efectos de la discriminación en la educación de los jóvenes mayas en los EU.

 

Resultados clave y análisis

La mayoría de los mayas que radican actualmente en San Francisco nacieron fuera de los EU. Una gran proporción de ellos se trasladó a San Francisco en algún momento dentro de los últimos 10-15 años, lo que hace de este grupo maya una de las comunidades de inmigrantes más nuevas en esta ciudad. Al igual que en sus países de origen, los mayas en San Francisco son muy diversos. En este estudio se identificaron cuatro subgrupos: mayas yucatecos, ch’oles, tzeltales y mames. Los tres primeros son originarios del sur de México y el último del altiplano guatemalteco. Por mucho, los mayas yucatecos representan el grupo más numeroso entre los mayas inmigrantes en San Francisco. El número de tzeltales y ch’oles también está creciendo rápidamente, en tanto que los mames están disminuyendo, porque la mayoría de ellos se están reubicando en el Área de Fruitvale en Oakland y en otras partes de la Bahía del Este y la Bahía del Norte.

Los mayas yucatecos en San Francisco provienen principalmente de los pueblos y villas localizados en la región central de la península de Yucatán en México. Esta región tiene una gran población indígena maya, y en ella convergen tres estados de México: Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Algunas de las poblaciones donde se origina la migración maya hacia los EU son Akil, Mama, Dzan, Teabo, Chumayel, Valladolid, Oxkutzcab, Cooperativa, Xul, Yaxachén, Xohuayán, Benito Juárez, Tekax, Huntochac, Ticul, Yotholín, Santa Elena, Muna, Tzucacab, Peto, Tahdziú, José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto, la ciudad de Mérida y, al menos, una docena de pequeñas poblaciones. Los mayas tzeltales y ch’oles provienen del estado de Chiapas, específicamente de los municipios de Palenque y Ocosingo en la parte norte del estado. Todas estas regiones están clasificadas por el gobierno mexicano como regiones con indicadores socioeconómicos de pobreza alta y extrema. Algunos de los pueblos en el estado Chiapas de donde provienen inmigrantes mayas han experimentado conflictos armados tanto en 1994 como en 1998, desde entonces, existe una confrontación continua y violencia entre los partidos de oposición.

Muchos inmigrantes mayas que han vivido por varios años en San Francisco están trayendo a sus hijos para vivir con ellos aquí, mientras que numerosas parejas que recientemente se han reunido, después de haberse separado por muchos años, están decidiendo tener hijos. Entretanto, muchos de los que llegaron solteros a San Francisco a finales de los años 90 y a principios del 2000, ahora están comenzando a formar familias. Como consecuencia, los niños pequeños y en edad preescolar de 0 a 5 años y los jóvenes de 6 a 14 años, son segmentos de la comunidad maya en rápido crecimiento. Las familias mayas en San Francisco están conformadas por una mezcla de niños nacidos en los EU y niños inmigrantes. La mayoría de los niños pequeños en esta comunidad, que nacieron en EU, han crecido en familias nucleares unidas. En contraste, muchos de los niños mayores que nacieron en México y, posteriormente, fueron llevados a los EU, pasaron gran parte de sus primeros años sin alguno de sus padres.

 

Retos que enfrentan los niños y jóvenes mayas en San Francisco

Inmigración y separación familiar

La separación familiar es una dura realidad que viven la mayoría de las familias de inmigrantes. Muchos niños y jóvenes mayas son forzados a confrontar y superar la separación, primero de sus padres y después de los cuidadores que los crecieron mientras sus padres estaban ausentes. Cuando los padres emigran al extranjero, a menudo se deja a los niños bajo la tutela de parientes cercanos, como tías, tíos o abuelos. Con el tiempo, los niños desarrollan un fuerte vínculo con estos parientes, y cuando son traídos aquí por sus padres, la drástica separación que experimentan es emocionalmente devastadora, lo que casi siempre genera actitudes rebeldes de los niños hacia sus padres, maestros y otros adultos.

Muchos de los niños que fueron traídos a los EU por sus padres y madres sufren experiencias muy traumáticas en sus viajes a través de la frontera. Algunas de estas experiencias incluyen abuso físico y emocional, miedo a ser heridos o a morir, temor a ser separados de sus madres o de otros adultos que los acompañan, hambre y sed, y realizar actividad física extrema al forzarlos a caminar al mismo ritmo que los adultos por largas horas o días en condiciones climáticas extremas. Algunos padres reportaron que sus hijos presenciaron actos de violencia hacia otras personas durante sus viajes a EU, incluyendo riñas entre adultos y abuso verbal y físico por parte de los agentes de inmigración hacia sus padres y otros adultos.

 

Problemas de la reunificación familiar

Debido a la inmigración, muchas familias mayas han pasado años separadas unas de las otras. Los niños mayas que se quedan, pasan la mayor parte de sus primeros años, al menos, sin uno de sus padres. Así mismo, las madres que se quedan mientras los padres vienen a los EU en busca de empleo, también pasan años separadas de sus esposos. Tanto los niños como las madres, enfrentan problemas de abandono y, la alegría de reunirse finalmente, conlleva graves problemas para muchas de estas familias. Los niños, en particular los que fueron criados por sus abuelos o en familias extendidas, atraviesan un período difícil tratando de superar la separación familiar. Al mismo tiempo que son forzados a superar dicha separación, son obligados a adaptarse rápidamente a la nueva vida con sus padres a los que, en muchos casos, nunca habían visto juntos o con los cuales nunca antes habían tenido contacto físico o emocional.

Estos niños, resentidos, deben luchar para confiar en sus padres, a los que perciben como aquellos que, en un principio, los abandonaron y, más tarde, los obligaron a separarse de los familiares que los criaron en sus lugares de origen. En el extremo opuesto de esta batalla, están los padres y madres, especialmente los padres, que luchan para adaptarse a tener que criar y vigilar a un niño, en muchos casos, literalmente toda la noche. Algunos padres expresan que su principal problema es que no se sienten preparados para apoyar a sus hijos porque no tuvieron la oportunidad de desarrollar las habilidades para criar a un niño pequeño. Estos procesos ocurren en paralelo entre sí y, con el tiempo, crean barreras entre los niños y los padres que impiden la comunicación y dificultan la crianza.

Las parejas también luchan para adaptarse a una vida, juntos. En determinados casos, los padres pasaron algunos años solos en EU y las madres se quedaron con los niños. La distancia y el tiempo generan resentimientos y, en muchos casos, debilitan o destruyen el afecto que en un principio los unió. Una vez reunidas, las parejas luchan para adaptarse a la compañía del uno al otro y a verse como compañeros en la formación de los hijos. La reunificación se convierte en un serio reto para muchas de las familias de inmigrantes y lleva a muchas de ellas al borde de la crisis y la separación, principalmente durante los primeros meses después del reencuentro.

Las familias de origen maya con niños pequeños son uno de los segmentos
 en rápido crecimiento de esta comunidad en San Francisco

Vivienda y condiciones de vida

Al igual que otras comunidades en San Francisco, el alto costo de la vivienda ha impactado a las familias mayas. En su condición de inmigrantes recientes, las familias mayas se encuentran en una situación vulnerable ya que, además, tiene que lidiar con problemas de discriminación, desconocimiento del inglés y con su estatus de inmigrantes, durante la búsqueda de un lugar donde vivir. Como los costos de la vivienda y de vida se incrementan rápidamente en algunas partes de la ciudad donde tradicionalmente han vivido algunos de ellos, en particular aquellos con niños pequeños, se están mudando ahora a otras partes de la ciudad donde la vivienda es más barata (como los distritos Tenderloin, Western Addition y Richmond). Algunos de los padres entrevistados se sienten desplazados de sus comunidades por este fenómeno. En los últimos cinco años, el distrito Tenderloin se ha convertido en el área preferida donde se mudan las familias mayas con niños. Según los padres entrevistados, cientos o quizá miles de niños mayas, viven en esta área actualmente. El movimiento de las familias mayas entre el distrito de Tenderloin y el distrito de Mission es intenso, pues usualmente van al área de las calles Misión y 16 a hacer compras y a socializar con parientes y amigos.

Los padres se quejaron que a menudo sus hijos no son bien recibidos cuando buscan vivienda, lo que los obliga a decir que no tienen niños o a tener que esconderlos. De acuerdo con los padres, los niños son un blanco fácil para inculparlos de ruido excesivo o por dañar los apartamentos y edificios en donde viven.

“En San Francisco, las mascotas son más aceptadas y reciben mejor trato por parte de los patrones que nuestros hijos…”

Muchos niños mayas viven hacinados y, la mayoría de las veces, comparten sus cuartos con otros familiares adultos. A los padres les preocupan los posibles efectos que esto pueda ocasionarle a la salud física y mental de sus hijos. En estas condiciones los niños están frecuentemente expuestos a situaciones de abuso de sustancias y violencia entre los adultos que los rodean.

Los pequeños y hacinados apartamentos en los que los niños viven y la sensación de inseguridad en las calles, limitan sus posibilidades de tener suficiente actividad física. Esto preocupa a sus padres pues consideran que puede impactar negativamente la salud de sus hijos.

 

Discriminación

Algunos padres que participaron en los grupos focales expresaron que la discriminación debido a su origen maya o indígena es poco frecuente y que, en general, se sienten reconocidos más positivamente aquí que como se sentían en México. Los padres han visto que los maestros, médicos y otros proveedores de servicios han encontrado la manera de aprender más sobre la propia cultura e idioma de los niños para asegurarse de que reciban mejor trato y respeto.

“Un maestro en la escuela de mi hijo me pide, todos los días, que le enseñe algo diferente en maya...”

Aunque en general han tenido una buena experiencia en las escuelas y clínicas, algunos padres informaron de ciertos casos en que sintieron que ellos o sus hijos habían sido discriminados debido a su origen indígena. Por ejemplo, según los padres, los niños mayas en San Francisco, a menudo son confrontados por sus compañeros de escuela debido a su apariencia y por su acento al hablar español.

En otros contextos, como en calle o el trabajo, afirmaron que la discriminación debido a su origen maya era más común. La Dra. Saskias Casanova (2011) describe en su tesis doctoral cómo los jóvenes mayas perciben la discriminación de los otros debido a su origen indígena e inmigrante más a menudo que los jóvenes latinos no mayas. Casanova también encontró que los jóvenes varones mayas tienen casi el doble de probabilidades de sufrir discriminación en comparación con las mujeres jóvenes mayas, y que los jóvenes de origen maya nacidos en EU son más susceptibles a percibir la discriminación que los jóvenes mayas nacidos en Yucatán que llegaron más tarde a los EU.

“…la gente se da cuenta enseguida de nuestro acento, de nuestra apariencia y de nuestra forma de hablar, y hacen comentarios, bromas o cambian la manera  de dirigirse a nosotros…”

La mayoría de los padres consideraron que los niños y jóvenes mayas, en general, no sufrían discriminación de manera directa. Sin embargo, expresaron su preocupación por las consecuencias que podría tener en el bienestar de sus hijos presenciar la discriminación hacia sus padres y otros adultos en la comunidad.

Crianza de los hijos en San Francisco

Los padres consideraron que necesitan más elementos y nociones de cómo criar a sus hijos, específicamente acerca de cómo disciplinarlos. También externaron que requieren más información sobre los sistemas legales y de protección de la infancia en los EU. Consideran que los errores que en ocasiones cometen y los meten en problemas con dichos sistemas, obedecen a su desconocimiento y falta de entendimiento sobre cómo funcionan las cosas en los EU. Algunos padres sienten que la información acerca de los Servicios de Protección al Menor (Child Protective Services) CPS, por siglas en inglés, se les provee de una manera condescendiente o punitiva, luego de haber sido acusados de abuso hacia sus hijos. Los padres expresaron que preferirían recibir esa información de una manera amigable y antes de tener que confrontar a los sistemas. Así mismo, señalaron que les gustaría tener los recursos o personas en las que puedan confiar y consultar sus dudas sobre el sistema de protección al menor en los EU.

 

Retos al enseñar su lengua y cultura a sus hijos

Los padres reconocen que la lengua y la cultura son elementos trascendentales en los que les gustaría educar a sus hijos en los EU. Todos coincidieron en que quieren que sus hijos aprendan su lengua nativa y otros elementos clave de su cultura. Sin embargo, la mayoría de ellos reconoce lo difícil que es vivir en un país extranjero y mostraron su preocupación por la falta de herramientas y apoyo para enseñarles dichos elementos a sus hijos. No obstante, algunos padres reconocen que el apoyo brindado por algunos maestros y organizaciones como la Asociación Mayab ayuda en gran medida. Aun así, los padres creen que debería haber más recursos y herramientas en las escuelas y en las organizaciones comunitarias para apoyarlos en ese objetivo. Algunos, incluso, sugieren establecer un día del legado maya en las escuelas públicas e incluir elementos como la lengua en los programas que usan las escuelas y centros comunitarios. El Programa de Verano Maya que organizó la Asociación Mayab en años pasados, fue reconocido por algunos padres como un gran esfuerzo que debería recibir más atención y recursos para continuar y expandirse. Un informante clave sugirió explorar programas exitosos que otras comunidades han usado para la revitalización y preservación de la lengua, así como posibles modelos que la comunidad maya inmigrante pueda usar para dirigir sus propios esfuerzos en la preservación cultural.

 

Violencia

Los padres de familia en los grupos focales dijeron que, en general, los niños pequeños de la comunidad maya están bien protegidos por sus familias y, si bien existe el abuso de niños, es muy raro. La mayoría de los niños están a salvo en sus casas y están siendo criados en familias nucleares en las que ambos padres están presentes.

Sin embargo, los padres participantes en el estudio también expresaron su preocupación por la violencia que los niños mayas presencian. Afirmaron que con frecuencia los niños son testigos de actos violentos entre los adultos en su casa y en la calle. En años recientes más de una docena de miembros jóvenes de la comunidad maya han sido víctimas de violencia callejera en San Francisco y, en varios casos, éstos fallecieron. Las noticias se esparcen rápido entre los miembros de esta comunidad relativamente pequeña; eventos de este tipo son emocionalmente impactantes y traumatizantes para casi todos. Los niños, que por lo general son más vulnerables y aún no desarrollan aptitudes para enfrentar a este tipo de factores de estrés, son más susceptibles de generar un trauma.

La violencia callejera que afecta a jóvenes mayas impacta de manera
directa a todos en la comunidad, incluyendo mujeres y niños. Foto
del periódico La Jornada.

Estrés

Por lo general, los niños se ven afectados por altos niveles de estrés que sus padres y otros adultos cercanos a ellos sufren. Los padres enlistaron una serie de problemas que causan mucho estrés entre los miembros de su comunidad, entre éstos incluyeron en unos casos: exceso de trabajo, desempleo e inseguridad en el trabajo; y en otros: pobreza, choque cultural, desconocimiento del inglés, su condición de inmigrantes y discriminación.
Los padres dijeron vivir en constante temor de ser detenidos, deportados o despedidos de sus trabajos por su condición de inmigrantes y de cómo estos miedos permean sus conversaciones e interacción con sus hijos. Los niños internalizan ese estrés, lo que ocasiona que también vivan en un estado permanente de angustia por la posibilidad de ser separados de sus padres o que sus parientes puedan perder su empleo o ser deportados.

En muchas ocasiones, los padres y otros adultos, descargan su propio estrés abusando verbal o físicamente de los niños. Los padres también afirman que en las calles del vecindario, los niños con frecuencia son testigos de actos violentos: riñas entre pandillas, robos o a la policía interrogando, hostigando o arrestando a los jóvenes.

 

La fortaleza de la juventud y los niños mayas en San Francisco
Resistencia cultural

Con sus lenguas originarias, valores culturales y saberes bajo constante ataque, la resistencia cultural ha marcado la vida de las comunidades indígenas en América en los 500 años pasados. Sus culturas frecuentemente son tratadas como secundarias, desinformadas e irrelevantes para la vida contemporánea; y sus lenguas son vistas como obstáculos para su completa integración a la sociedad “moderna”. Los mayas no son ajenos a las luchas de resistencia cultural. Para sobrevivir culturalmente, los mayas y otras comunidades indígenas, han negociado su cultura con la cultura hegemónica y otras culturas dominantes que se les han impuesto por generaciones. La inmigración es un nuevo elemento que representa otro reto a la lengua maya y a la supervivencia cultural. Los padres de familia externaron su preocupación sobre su capacidad de afrontar este nuevo reto y pidieron apoyo a organizaciones e instituciones para transmitir su lengua y cultura a las siguientes generaciones de mayas en los EU.

Los jóvenes mayas en San Francisco desean espacios para expresar el orgullo que sienten por su origen y poder investigar y aprender más acerca de sus raíces y la historia de sus pueblos. Esta necesidad de espacios para expresar y explorar su herencia cultural maya ha adoptado formas diferentes, incluida la participación en grupos culturales como Asociacion Mayab. Otros han optado por los medios de comunicación social, que ofrecen a los niños y jóvenes la oportunidad de expresar su orgullo en un medio más “seguro”, sin tanta preocupación y miedo de ser discriminados, al menos no directamente. Muchos jóvenes mayas también participan en actividades de organizaciones mayas como Asociación Mayab, Chan Kahal y otras similares. Desafortunadamente, hay muy pocos esfuerzos dirigidos a los jóvenes mayas y, por lo tanto, hay pocas oportunidades de comprometerse en actividades comuniatrias que les permitirían a estos jóvenes aprender más acerca de su cultura y la historia de sus comunidades.

Los jóvenes mayas entrevistados para el estudio afirmaron que sus padres saben más sobre su cultura y lengua de lo que comparten con ellos y que les gustaría tener la oportunidad de aprender más acerca de su cultura e incorporarla a su experiencia como “maya-americanos”. Los padres de familia maya consideran que preservar la cultura y lengua es importante para sus hijos, sin embargo la mayoría considera que permitirles incorporar elementos de su nueva vida y de la cultura estadounidense, al mismo tiempo que preservan los elementos más importantes de su cultura nativa, es una manera más realista de ayudar a sus hijos a preservar la verdadera esencia de su cultura maya.

Jóvenes mayas participando en el Programa de Verano de Lengua y Cultura Maya, 2009.

Niños y jóvenes mayas participando en eventos culturales y comunitarios

Existen otras formas de resistencia cultural que algunos jóvenes están adoptando de acuerdo con su estilo de vida y comportamiento, por ejemplo la incorporación a pandillas. La pertenencia a pandillas brinda a algunos jóvenes mayas un espacio en el que pueden expresar su orgullo y en el que se sienten aceptados y apreciados por sus pares. Un informante clave expresó que esta podría ser una forma en la que los jóvenes mayas son vistos como los “otros” por el resto de la sociedad que suele recharzarlos y no respeta ni aprecia su cultura. La pregunta es ¿si estos mismos jóvenes hubieran sido aceptados positivamente por su origen maya por parte de la sociedad, nunca habrían terminado participando en actividades pandilleras?

Grafitis de bandas juveniles en un pueblo del centro del estado de Yucatán de donde cientos de mayas migran al área de la Bahía de San Francisco

Adaptabilidad

A pesar de que adaptarse a la vida en los EU es por lo general difícil, parece que los niños indígenas tienen ciertas habilidades que les permiten adaptarse más rápida y efectivamente. Los niños mayas que son traídos por sus padres a los EU a una edad mayor tienden a desarrollar una serie de habilidades de adaptación que les permiten hacer frente a nuevos ambientes. Los niños mayas que son bilingües y biculturales antes de llegar a los EU están mejor preparados para asimilar, más rápidamente, las normas de su nuevo hogar y algunas de las normas sociales y culturales básicas. Un informante piensa que los niños mayas tienden a aprender inglés más rápido que otros niños inmigrantes porque cuando llegan a los EU ya dominan, al menos, dos lenguas (maya y español). El biculturalismo y bilingüismo con el que han crecido muchos jóvenes mayas les ayuda, en gran medida, a aceptar y adaptarse a su nuevo contexto en los EU.

 

Fuertes lazos y valores familiares

Los niños mayas, en general, crecen en ambientes muy seguros y con fuertes lazos y valores familiares. La mayoría de los niños mayas nacidos en los EU crecen en casa con sus dos padres, que tienden a ser excelentes cuidadores y proveedores. Desde sus primeros años de vida se les enseñan valores como el respeto a los mayores y a los padres; así como el valor del trabajo duro y la perseverancia para lograr sus metas en la vida.

 

El valor de la educación

Muchos de estos niños aceptan que la educación es fundamental para ayudarlos a ellos y a sus familias a salir de la pobreza. Sus padres otorgan gran valor a la educación y motivan a sus hijos a lograr mayores niveles educativos. Sin embargo, los jóvenes entrevistados indicaron que sienten una enorme presión y responsabilidad por parte de sus padres para tener éxito en la escuela, ya que a menudo se les dice que una de las razones por las ellos los trajeron a los EU fue para darles la oportunidad de una mejor educación.

 

Entornos y actitudes positivas

Desde sus primeros años de vida los niños mayas viven y experimentan ambientes muy positivos, tanto en casa como en sus comunidades. Los mayas son muy trabajadores, inculcan y promueven en sus hijos los valores del trabajo duro y la perseverancia como medios para tener éxito en la vida. Además de estar muy orgullosos de su herencia indígena, los inmigrantes mayas tienden a fijarse metas y a mirar su futuro con mucha esperanza y optimismo. Tienen una gran fortaleza, afrontan los retos con mucha creatividad y desean un mejor futuro. Muchos de los inmigrantes hablan de empezar sus propios negocios o de algún día poder ser dueños de una casa. Después de varios años de trabajar y aprender sobre la industria gastronómica y el servicio, muchos jóvenes mayas sueñan con algún día abrir su propio restaurante. Algunos están ahorrando dinero y planean regresar a su hogar y comenzar un negocio o realizar inversiones en las instituciones financieras mexicanas; otros están comprando propiedades en sus lugares de origen y construyendo casas o ranchos a los cuales planean regresar con sus familias. Todos estos valores y actitudes positivas hacia el futuro son transmitidas a sus hijos. Tener padres con objetivos estables y a largo plazo provee también a los niños una sensación de estabilidad.

Sin embargo, uno de los informantes expresó su preocupación sobre los posibles efectos negativos en la autoestima y salud mental de los niños mayas, si las cosas no salieran de acuerdo a los planes de los padres; lo que no es una posibilidad remota en muchos de los casos. Vivir en una sociedad en la que el éxito es altamente valorado y el fracaso severamente juzgado, puede ser contraproducente para los inmigrantes sobremotivados, así como para sus familias.

 

Conclusiones

Las comunidades de indígenas inmigrantes en los EU están creciendo rápidamente. Sus diferencias culturales y lingüísticas son un recurso importante, pero puede convertirse en una barrera para su integración y desarrollo en el contexto de los EU. La falta de reconocimiento y comprensión de las diferencias culturales y lingüísticas de los indígenas inmigrantes por parte de instituciones y organizaciones, frecuentemente convierten la lengua y la cultura en obstáculos para las familias indígenas al acceder a servicios o en su participación en las comunidades en las que viven en los EU. De cualquier manera, esas diferencias no les han impedido continuar organizando y promoviendo sus causas en sus comunidades en ambos lados de la frontera entre México y los EU. Los intentos existosos de llegar a estas comunidades demuestran la importancia que puede tener la promoción de la participación cívica y la autodeterminación para la resolución de los problemas que afectan a las comunidades de indígenas inmigrantes. El reconocimiento de sus diferencias y de sus necesidades particulares es un paso crucial para lograr un acercamiento adecuado a la atención de las necesidades de los inmigrantes indígenas en los EU.

Las comunidades de inmigrantes en los EU tienden a seguir un patrón similar. Primero envían a los jóvenes de sus comunidades, los cuales pueden encontrar fácilmente trabajo y enviar dinero a sus familias, y después, una vez asentados, traen a sus mujeres e hijos para que se reúnan con ellos aquí. Después, se forman comunidades más estables con los niños nacidos y crecidos en los EU que, eventualmente, forman sus propias identidades culturales y sociales. Esta descripción del patrón que siguen muchas comunidades de inmigrantes, a pesar de ser simplista, puede ser muy útil para explicar algunas de las trasformaciones que está atravesando la comunidad maya en San Francisco; asimismo puede ayudar a identificar y contextualizar algunos de los principales retos que las comunidades enfrentan. Cada una de las etapas de los procesos de inmigración y asimilación de estas comunidades implica progresos así como grandes retos.

Después de más de una década, desde que la migración maya a California aumentó a mediados de los noventas, la comunidad está enfrentando ahora drásticas transformaciones con la llegada de nuevas familias y, con muchas otras, comenzando a reunirse aquí. El resultado de este cambio es el rápido incremento de niños y jóvenes de ascendencia maya viviendo actualmente en San Francisco. Esta nueva tendencia es una señal de que la comunidad maya está aquí para quedarse.

Los niños y jóvenes mayas en San Francisco disfrutan del beneficio de crecer de la mano de padres trabajadores, con metas bien definidas, actitudes positivas con respecto al futuro y con la esperanza de superar los retos que enfrentan actualmente a través del trabajo arduo y la perseverancia. Los niños son protegidos por sus familias nucleares y son criados con fuertes valores familiares y comunitarios. Así mismo, a los niños mayas se les enseña a apreciar su herencia maya y a practicar sus tradiciones.

Por otro lado, los niños mayas y sus familias en San Francisco enfrentan una serie de desafíos, a menudo desde una posición muy desventajosa. Su condición de inmigrantes y además de inmigrantes indocumentados los hace más vulnerables a los abusos por parte de sus empleadores, los terratenientes y, lamentablemente, de algunos proveedores de servicios. La discriminación basada en su origen indígena, aunque prevalece, es mucho menor a la que han experimentado en sus países de origen. Sin embargo, los niños y jóvenes la experimentan directa o indirectamente, lo que a largo plazo puede tener efectos negativos en su autoestima y, en general, en su salud mental y bienestar.

Cuando los adultos y niños mayas llegan a EU ya han experimentado varias generaciones de discriminación y opresión; por una parte, esto los pone en una situación de desventaja, ya que sus niveles educativos son menores a los de otros inmigrantes no indígenas de América Latina, sin embargo también los ayuda, ya que han desarrollado las habilidades necesarias para confrontar y adaptarse a nuevos ambientes y culturas. La mayoría de los inmigrantes mayas, saben como desempeñarse en una sociedad multicultural y, además, saben cómo confrontar los retos que implica que su cultura sea vista como inferior o sin valor. Además, cuando llegan a los EU, ya hablan dos lenguas, lo que les facilita aprender una tercera o cuarta lengua y entender la importancia de hablar la lengua del lugar en el que viven para poder sobrevivir y avanzar en la escala social.

La pobreza, las redes sociales de apoyo rotas, el aislamiento y la exclusión por su condición de inmigrantes indígenas representa una amenaza para el futuro de los niños indígenas en San Francisco, ya que los hace más vulnerables a problemas de salud física y salud mental y disminuyen sus oportunidades de acceso a servicios de educación y salud, así como a oportunidades económicas para la autosuficiencia.

El estrés y la violencia también impacta a los niños pequeños mayas en San Francisco. Los actos de violencia contra adultos, en última instancia, afectan a todos en la comunidad, ya que ésta es pequeña y los vínculos familiares y de amistad son estrechos. Los altos niveles de estrés que sufren los adultos mayas son transmitidos a los niños, quienes se convierten en víctimas de su coraje, drogadicción u otros problemas de salud. Los niños también internalizan el estrés y la angustia que sufren los adultos de su comunidad, estrechamente relacionados con su condición de inmigrantes, la inseguridad laboral y la discriminación. Muchas de estas experiencias ocasionan traumas severos a los niños y pueden tener efectos negativos a largo plazo en su salud y bienestar.

Como es de esperar, la inmigración nunca es un asunto fácil y los niños son extremadamente vulnerables a los desafíos que conlleva. Los niños mayas han experimentado, primero, el abandono de sus padres y, posteriormente, la separación de sus cuidadores. Asimismo, han sufrido experiencias traumáticas en su viaje a los EU. El tiempo que les lleva a ellos y a sus padres atravesar el desierto, cruzar la frontera, los niños viven en un miedo constante a ser lastimados, a ser separados de sus padres o de ser abusados física o emocionalmente por otros adultos. De igual forma, tienen que evadir a las autoridades y son expuestos a condiciones climáticas extremas. Por último, los niños mayas inmigrantes atraviesan difíciles procesos de adaptación a su nuevo hogar en los EU, como las secuelas emocionales de la reunificación familiar.

 

Recomendaciones

Propuestas de intervención

La cultura y el lenguaje son elementos clave que unen a las familias mayas en una comunidad. Las actividades culturales como las ceremonias, las vaquerías y los talleres de artesanía tradicional sirven como medios para transmitir valores culturales positivos a los jóvenes mayas que crecen en los EU y también proveen oportunidades para construir y organizar la comunidad, para romper con el aislamiento, incrementar la participación cívica y el desarrollo de liderazgos, así como para regenerar redes sociales de apoyo y reforzar el orgullo cultural. A nivel individual y familiar estas actividades ayudan a los participantes a reconectarse con sus comunidades, mejorar su autoestima y a desarrollar un fuerte sentido de orgullo hacia su herencia cultural y étnica, lo que puede ser clave para enfrentar los efectos de la discriminación racial y económica ejercida contra ellos y sus hijos. En otras palabras, las actividades de preservación cultural proveen de fuertes elementos de protección en contra del aislamiento, la discriminación y la exclusión. Estas actividades también crean redes de seguridad que previenen a las familias de caer en futuras crisis o les ayudan a encontrar el apoyo necesario para recuperarse de situaciones difíciles. Estas protecciones ayudan a prevenir problemas como la depresión, el abuso de sustancias y la violencia que, por lo general, son resultado del aislamiento, la discriminación y la ausencia de un círculo cercano de familiares y amigos que provean apoyo en tiempos de crisis.

El concepto “yucafriscan” es identificado actualmente por algunos jóvenes mayas como una buena oportundidad para ayudar a los jóvenes mayas a reencontrarse con su herencia cultural al mismo tiempo que reconoce su contexto e identidad como maya-americanos. Los padres comprenden la importancia de la preservación cultural para el bienestar y la salud de sus hijos. Es importante apoyar sus esfuerzos de transmitirles a sus hijos el conocimiento y valores de su cultura y lenguaje. Ideas como crear un Día del Patrimonio Maya en las escuelas públicas de San Francisco, así como incorporar clases sobre la cultura, la lengua y la historia maya al curriculum de todos los niños en la ciudad, se cree pueden ofrecer el apoyo que algunos padres necesitan, así como una oportunidad para que los padres se comprometan con el desarrollo de dicho curriculum y de sus propias habilidades de liderazgo.

Una sugerencia de los padres en los grupos focales fue crear un centro cultural que tenga sus raíces en la cultura y lenguas de las comunidades indígenas.

Servicios preventivos y de indentificación temprana

En la medida que más niños indígenas son expuestos a violencia, traumas y discriminación, y problemas como la separación y reunificación familiar continúen impactando su comunidad, los servicios de salud mental individual y grupal son más necesarios que nunca para proporcionar identificación temprana y tratamiento a estas familias.

Los programas y servicios culturales que ofrecen oportunidades de curación para las familias mayas son fundamentales para enfrentar los retos de esta comunidad y para tratar los efectos a largo plazo de los problemas de salud.

Capacitación de los proveedores de servicios

Entender las particularidades lingüísticas y culturales de los inmigrantes mayas que llegan a San Francisco es esencial para que los provedores de servicios puedan ofrecer asistencia efectiva a esta comunidad. Igualmente es importante entender el contexto socioeconómico de las comunidades indígenas tanto en sus países de origen como aquí en los EU. Propiciar el acercamiento de los proveedores de servicios a la cultura y lengua de la comunidad maya es crucial para lograr servicios de calidad y culturalmente apropiados para las familias indígenas en San Francisco.

Construyendo puentes culturales y lingüísticos

Recomendaciones para investigaciones futuras

En el 2010, el Dr. Sal Núñez, psicólogo clínico del Instituto Familiar de La Raza y profesor del City College en San Francisco, realizó una serie de entrevistas con los ancianos y curanderos tradicionales en San Francisco. Los descubrimientos iniciales del Dr. Núñez revelaron que las comunidades indígenas en San Francisco buscan activamente la ayuda de sus curanderos tradicionales para afrontar y subsanar un amplio rango de problemas de salud mental. Los curanderos hablaron sobre el significado y poderes curativos que el ritual ceremonial puede tener en los que participan en él. Para conocer más sobre la manera en la que estos métodos de curación podrían ayudar a los niños indígenas que han sido expuestos a experiencias traumáticas (ser víctimas de abuso o testigos de violencia) son necesarias futuras investigaciones sobre el potencial de estas prácticas para preservar el bienestar y la salud de los niños indígenas que crecen fuera de sus países de origen.

Esta evaluación revela que los niños indígenas han sido sometidos a una serie de traumas a lo largo de su corta vida. Entre estas experiencias traumáticas destacan el abandono y la separación, el abuso físico y verbal, la vivencia de situaciones violentas y la muerte o sufrimiento de adultos de su comunidad; asimismo, en muchas ocasiones, ellos y sus familias cargan con heridas físicas y emocionales de la guerra y la violencia de sus países de origen. Es importante seguir investigando la medida en que estas experiencias han afectado a estos niños y los posibles efectos a largo plazo en su salud física, mental y espiritual.

Una gran cantidad de mayas se está mudando a áreas particulares de la ciudad. Los distritos Tenderloin y Richmond son dos de las áreas en donde la población maya se acrecentó a lo largo de la década pasada. Es necesario realizar investigaciones futuras en estas áreas que determinen el impacto que el incremento de la población indígena ha tenido y los cambios que se requieren llevar a cabo para cubrir las necesidades de estas nuevas comunidades en dichos distritos.

Índice

Antecedentes
La migración maya a los Estados Unidos
La comunidad maya en San Francisco
Una comunidad maya en transformación en San Francisco
Los mayas en California
La salud de las poblaciones indígenas en los Estados Unidos
El programa “Iniciativa de Salud y Bienestar Indígena”
Evaluación de las necesidades de la salud mental de niños y jóvenes mayas
Población objetivo
Metodología
Resultados clave y análisis
Retos que enfrentan los niños y jóvenes mayas en San Francisco
Inmigración y separación familiar
Problemas de la reunificación familiar
Vivienda y condiciones de vida
Discriminación
Crianza de los hijos en San Francisco
Retos de los padres al enseñar su lengua y cultura a sus hijos
Violencia
Estrés
La fortaleza de la juventud y los niños mayas en San Francisco
Resistencia cultural
Adaptabilidad
Fuertes lazos y valores familiares
El valor de la educación
Entornos y actitudes positivas
Conclusiones
Propuestas
Propuestas de intervención
Servicios preventivos y de indentificación temprana
Capacitación de los proveedores de servicios
Construyendo puentes culturales y lingüísticos
Recomendaciones para investigaciones futuras

 

1 Traducción al español de Ana Valeria Güémez Graniel (Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma de Yucatán). Documento de trabajo: favor de no citarlo o reproducirlo sin permiso del autor.

Referencias




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