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Sequía y colapso de las ciudades mayas del Puuc

Tomás Gallareta Negrón

 

 

Los resultados de varios estudios acerca del clima del mundo maya prehispánico, publicados en los últimos cinco años (Curtis et al. 1996; Hodell et al. 1995; Whitmore et al. 1996), han atraído nuevamente la atención pública respecto de una de las cuestiones que más han intrigado a los visitantes de las zonas arqueológicas. ¿Por qué razones los antiguos mayas abandonaron la vida civilizada y dejaron que sus ciudades fueran tragadas por la selva? ¿Fue este decline resultado de fenómenos naturales o se derivó de conflictos de índole social, económica o política.

    El colapso de la civilización clásica maya es una de las interrogantes que más han cautivado al mundo occidental desde el redescubrimiento, durante el siglo XIX, de sus antiguas ciudades perdidas en las regiones tropicales de México y Centro América, por los viajeros John Stephens y Frederick Catherwood.

Las respuestas a este intrigante suceso han sido numerosas y han variado continuamente a través del tiempo.

 

Mapa de la peninsula de Yucatán mostrando la ubicación de los lagos en donde se cuenta con información paleoclimática
 
Mapa de la peninsula de Yucatán mostrando la ubicación de
los lagos en donde se cuenta con información paleoclimática

    Los primeros grandes éxitos en el desciframiento de la escritura y el calendario maya fueron respecto del sistema numérico vigesimal y la forma de los jeroglíficos de los diferentes períodos con los que contabilizaban el paso del tiempo. en 1905, J.T. Goodman determinó la correlación entre los calendarios cristiano y maya. Diez años después, uno de los más insignes mayistas, Sylvanus G. Morley, inició una intensa búsqueda de monumentos con fechas calendáricas, en particular las llamadas Series Iniciales, como una estrategia para elaborar un marco de referencia para ubicar secuencialmente los principales eventos de la historia cultural maya.

Principales ciudades de la región Puuc
Principales ciudades de la región Puuc. Basado en: P. Gendrop y R. Piña Chan. Ilustro Malena Juarez.
Tomado de la revista Arqueología Mexicana Enero-Febrero 1995 Vol.II Num. 11.

    Durante el siglo XIX y el inicio del XX, las razones que muchos estudiosos argumentaban que causaron el abandono de las metrópolis mayas eran de índole catastrófica (es decir, terremotos, huracanes, epidemias, etcétera). Al poner Morley en claro que la reducción y cese en la elaboración de monumentos fechados sucedió en un lapso temporal relativamente corto, entre los año 790 y 889 d.C., se reforzó la idea de que el fin de los mayas fue repentino. Al registrar y descifrar un gran número de inscripciones de diferentes regiones del área maya, también Morley pudo darse cuenta de que existía un patrón en la distribución espacial. El cese en la fabricación de grandes edificios y monumentos artísticos, así como un descenso dramático en la población, sucedió primero en las subáreas central y sur, mientras que la Península de Yucatán al Norte, no sólo continuó estando habitada, sino que tanto las actividades constructivas como la población parecían haberse incrementado. Estos patrones dieron bases a Morley para que propusiera la teoría de que los mayas desarrollaron inicialmente un "Imperio Antiguo" en el Sur y que, posteriormente, a causa de alguna catástrofe repentina, se vieron forzados a migrar al Norte, donde levantaron un "Nuevo Imperio". Ahora sabemos que esto no sucedió así, ya que varios sitios mayas sureños continuaron floreciendo durante el siglo noveno. Esos centros parecen haber estado situados cerca de rutas comerciales acuáticas o en zonas donde el cacao o algodón pudieron haber sido cultivados. También el surgimiento de los grandes sitios de la región Puuc, como Uxmal, Kabah, Sayil y Labná, y el florecimiento de Chichén Itzá, ocurrieron al mismo tiempo que los sitios del Sur declinaban.

    Otro mayista de renombre internacional, cuya influencia fue tremenda a mediados del siglo XX, fue sir Eric J. Thompson. Siendo un magnífico escritor, sus obras han sido traducidas a un sinnúmero de idiomas y se encuentran en una gran cantidad de bibliotecas del mundo, por lo que sus hipótesis acerca de la vida de los mayas continúan siendo populares, aunque muchas de ellas ya han sido totalmente rebasadas.

 

Arco de Labná
Arco de Labná

     Este brillante arqueólogo, elevado de rango por la reina Isabel de Inglaterra debido a sus méritos académicos, era de la idea de que lo que había causado el abandono repentino de los grandes centros de población maya al final del período Clásico (600-900 d.C.) fue una revuelta social, en la que los campesinos se habían levantado en contra de los nobles y sacerdotes que los explotaban y obligaban a pagar tributo y a realizar trabajos forzados, aprovechándose de las creencias religiosas populares.

Con el paso del tiempo y un número mayor de sitios explorados y datos recuperados, las teorías que intentan explicar el decline de la civilización maya se han refinando continuamente. Las tendencias más obvias han sido un abandono general de las explicaciones basadas en causas únicas en favor de teorías que combinan varios factores; también, ahora se considera que el cambio fue gradual y lento, y no tan dramático y repentino como se supuso y popularizó en los medios de comunicación durante la época de Morley y Thompson. Varios mayistas participaron en una conferencia en 1970 cuyo tema central fue el colapso de los mayas (Culbert 1973). Algunos de ellos enfatizaron las causas de carácter interno, es decir, que se desarrollaron la interior del territorio maya, como terremotos, huracanes, epidemias, sobreexplotación de los recursos naturales, guerras civiles, etcétera; mientras que otros tuvieron un punto de vista diferente, en el que se argumentaron razones orientadas externamente, como por ejemplo invasiones de extranjeros, cambios en las redes de intercambio comercial a larga distancia, entre otros.


Dios maya de la lluvia (Chaac), generalmente porta un hacha donde rompe cántaros para hacer llover. En ocasiones los reyes mayas de vestían como Chaac y también adoptaron su nombre como titulo nobiliario.

Los mayas se volvieron entonces mucho más vulnerables a desastres que posiblemente bajo otras circunstancias no hubieran sido severos. El continuo incremento en la población, la escasez de alimentos resultante y el aumento en las actividades constructivas, junto con otra serie de factores, pudieron entonces haber causado el colapso.

    Es durante la primera mitad de los 80 que se postuló por primera vez la hipótesis de que ocurrieron cambios climáticos, consistentes en el establecimiento de condiciones más áridas y secas en las tierras bajas mayas y que estos cambios causaron el abandono de la vida civilizada. Sin embargo, las evidencias más concretas al respecto se obtuvieron hace unos cinco años, cuando fueron publicados los resultados de los análisis de sedimentos tomados de los fondos de varios lagos de la región maya. Los indicadores más sensibles de cambios climáticos, como son los restos de polen y las proporciones de oxígeno en las conchas de cientos moluscos (ostrácodos y gastrópodos), indicaron que las peores sequías de los últimos 8000 años sucedieron justo cuando las ciudades mayas de Guatemala comenzaron a declinar. Las fechas relacionadas con los eventos detectados en la columna de sedimentos fueron obtenidas por medio de análisis de radiocarbón, practicados en materiales como concha, semillas y carbón, e indicaron que el rango temporal de aridez máxima, entre 800 y 1000 d.C., se aproxima mucho a las fechas obtenidas por Morley para el colapso clásico maya. Otros eventos climáticos conocidos sugieren que este cambio fue regional. Sin embargo, el área maya además de extensa, no es homogénea, por lo que es lógico que este cambio no afectara en la misma forma a todas las regiones de que se compone.

    Los resultados más recientes provienen de un lago ubicado en Quintana Roo, llamado Punta Laguna que, de acuerdo con expertos de la Universidad de Florida en Gainsville, es un "sitio" excepcional para investigaciones paleoclimáticas" debido a su alto grado de sedimentación. Esta cualidad permite obtener una mejor definición temporal de los depósitos que la obtenida en otros lagos previamente analizados. Las conclusiones de los estudios en Punta Laguna indicaron la repetición la repetición de eventos húmedos y secos con varias décadas de duración. Durante el período Clásico Maya (250-900 d.C.) dominó un clima relativamente seco, destacando lapsos extrema fechados en 585, 862, 986 y 1051 +/- 50 años d.C.

La segunda sequía (862 d.C.) coincide con el decline en la zona maya sur entre 800 y 900 d.C. El siguiente pico de condiciones secas (986 d.C.) parece coincidir también con las fechas en que tradicionalmente se considera fueron abandonados Uxmal y demás sitios de la Región Puuc, al final del Clásico Terminal (800-1000 d.C.).

Palacio del Gobernador, Uxmal
Palacio del Gobernador, Uxmal

    Las reconstrucciones paleoambientales recientes indican que, al igual que sucede en la actualidad, las cosechas eran diezmadas por plagas, tormentas tropicales y sequías. También muestran que se dio un incremento en la deforestación durante los siglos previos, posiblemente como consecuencia de la apertura de un mayor número de campos de cultivo, para leña en los hogares y para obtener cal "viva" para la edificación y preparación de estuco de construcciones de mampostería. Parece entonces claro que existían otros factores que contribuyeron al colapso maya y que los cambios ambientales globales pudieron afectar incrementando los problemas ya existentes e inherentes al desarrollo socio-político maya.

En una civilización que enfrenta un sinnúmero de problemas, tanto externos como internos, la escasez de agua pudo incrementar sustancialmente la vulnerabilidad de numerosas ciudades clásicas mayas, causando, a final de cuentas la caída de la elite en el poder,el abandono de numerosos centros urbanos e importantes cambios económicos y demográficos.

La pregunta es, entonces, ¿qué tan severos tienen que llegar a ser los problemas internos de una civilización para que unos cambios climáticos relativamente menores sirvan de detonante para un colapso cultural generalizado?

 

Manera en que probablemente se cargaban los cántaros para extraer el agua de las grutas durante el periodo clásico maya

 
Cerámica de la región Puuc
Cerámica de la región Puuc

Aunque esta pregunta posiblemente sea imposible de contestar en muchos años, lo que sí sabemos es que si en alguna parte del área maya a una sequía prolongada puede tener consecuencias extremas es en el Puuc. La región serrana es una porción triangular que ocupa parte de los estados mexicanos de Campeche y Yucatán (Kurjack y Garza 1981; Barrera Rubio 1995). Los suelos relativamente profundos de esta región son muy buenos para la agricultura y horticultura, pero no existen fuentes superficiales de agua. Las cuevas profundas conteniendo cuerpos de agua, como Calcehtok, Loltún, Chac y Bolonchén, fueron los únicos centros de abastecimiento del líquido y focos de los primeros asentamientos permanentes durante el período Preclásico Tardío (300 a.C.-250 d.C. y el Clásico Temprano (250-600 d.C.). la implementación de sistemas comunales para lacaptación del agua de lluvia, como las aguadas o estanques artificiales (Huchim Herrera 1991) y domésticos, como los chultunes o aljibes subterráneos (Zapata Peraza 1989), permitieron a muchas comunidades colonizar y florecer en áreas alejadas de las fuentes permanentes.

 

La población a partir de 600 d.C. empieza a crecer, pero es durante el período Clásico Terminal (800-1000 d.C.), éstos no han podido ser identificados. El aumento gradual en la población parece tener su origen en la planicie norte de Yucatán. La gran cantidad de sitios arqueológicos detectados en esta región con vestigios de fines del Clásico indican que, excluyendo la ciudad de Mérida, estuvo densamente poblada en el pasado como lo está actualmente. Esto sugiere que las poco profundas tierras de la planicie norte alcanzaron el límite de capacidad de sustentación desde antes del Clásico Terminal y que la ejecución de obras hidráulicas permitió la colonización de las regiones más secas del Puuc. Muchas zonas fueron tan dependientes de Chaac, el dios maya de la lluvia, que su representación en forma de máscara nariguda es muy común en la arquitectura Clásica Puuc.

 
Corte esquemático de una casa de la región serrana de Yucatán,
que muestra la ubicación del clhutún o ajibe subterráneo

     De hecho, las inscripciones, la arquitectura y los materiales recuperados mediante excavaciones, indican que Oxkintok tienen vestigios de ocupación que datan de principios del Clásico (Rivera Dorado 1992). En las inmediaciones de Uxmal existen también evidencias de ocupaciones tempranas, aunque la arquitectura e inscripciones indican que este importante sitio arqueológico alcanzó su máximo desarrollo y actividad constructiva entre los años 900 y 950 d.C., durante el reinado del Señor Chaac. Este soberano fue el que mandó edificar el Palacio del Gobernador y el Cuadrángulo de las Monjas, dos de las grandes obras maestras de la arquitectura maya, así como el Juego de Pelota (Kowalsky 1999). Otros dos grandes sitios son Nohpat y Kabah, ambos unidos a Uxmal por medio de un sacbé o camino blanco. Uxmal se ubica en una posición central y cerca de un área de fracturas geológicas a manera de depresiones del terreno, donde se acumulaba naturalmente el agua en época de lluvias, que los antiguos mayas aprovecharon para transformar en aguadas.

     Una de las comunidades arqueológicas mejor estudiadas de la región serrana es Sayil. Las investigaciones indican que a ciudad cubría unos 3 1/2 km2, con una población de aproximadamente 8000 -10 000 habitantes (Sabloff y Tourtellot 1991). Su ocupación data casi exclusivamente del Clásico Terminal (800-1000 d.C.). Las ruinas de Labná son otro asentamiento arqueológico que ha estado bajo estudio en los últimos años. Aunque de menores dimensiones que Sayil, es considerado por sus edificios y arreglo arquitectónico como uno de los sitios mas típicos del Puuc.

 

Los tres niveles del Gran Palacio de Sayil
 

Los tres niveles del Gran Palacio de Sayil

     Labná se ubica en el lado norte de un pequeño valle circundado por colinas. El eje principal del asentamiento lo forma un camino blanco que une al Palacio, la principal construcción del sitio, con los conjuntos del Mirador y del Arco, que bordean la Plaza Principal. Alrededor de estas estructuras principales se localizan un sinnúmero de unidades domésticas, tanto en la parte plana del valle como en las colinas.

    El asentamiento continuo parece haber cubierto poco más de 2km2. Los reconocimientos entre Labná y los sitios vecinos indican que estas áreas intermedias contenían igualmente una buena cantidad de construcciones. Todo parece indicar que alrededor del año 900 d.C. la zona de Labná se encontraba densamente poblada y que unos 50 años después la población declinó drásticamente. Al igual que en Uxmal, parece que hubo una gran inversión para la construcción y ampliación de obras públicas monumentales durante los últimos años, aunque como en el caso del Sacbé, que es más voluminoso que su predecesor inmediato, su acabado fue de mucha menor calidad. Algunos edificios como El Palacio parecen haber quedado en proceso de ampliación. El ala oriental contiene varias habitaciones que carecen de techo y de pisos; el muro de retención del basamento sólo fue recubierto con sillares hasta cierta altura. Los reconocimientos indiciaron que varias casas no se terminaron de fabricar. Ciertas estructuras de mampostería que aparentemente quedaron inconclusas. Aunque algunas de ellas pudiera ser que fueron habitadas, de todas maneras el hecho de que nunca fueron ampliadas sugiere que sus habitantes tenían expectativas de seguir creciendo, pero nunca fueron alcanzadas.

Templo del Adivino, Uxmal
 

Templo del Adivino, Uxmal

     Es evidente que los habitantes de la región serrana sufrieron antes de su abandono un período de estrés, posiblemente derivado de su precario equilibrio ecológico, incrementado por las altas densidades de población alcanzadas alrededor de año 950 d.C., que los dejaron indefensos ante cambios adversos en el patrón de lluvias. En el caso de Uxmal, como mencionamos anteriormente, el Señor Chaac gastó buena parte de sus recursos en un programa de construcción como nunca antes había sido realizado en el Puuc, incluso es probable que en su intento por sobreponerse a lo inevitable haya adoptado un nuevo culto religioso enfocado en Kukulcán/Quetzlcóatl.

   
Al agotarse los terrenos cultivables sin explotar, la válvula de seguridad que permitió sostener a la creciente población durante los siglos previos dejó de existir y los habitantes del Puuc quedaron en un estado de fragilidad tal, que una sequía continua de dos o tres años de duración pudo ser el detonante que diezmó a la población. Aunque mucha gente pudo refugiarse en principio en las zonas con fuentes acuíferas permanentes o de mayores dimensiones, cerca de las cuevas y las principales aguadas, la organización sociopolítica no pudo con la problemática, sufriendo un terrible golpe del cual no pudo jamás recuperarse.

Esto explicaría el porqué esta área no fue repoblada cuando posteriormente las condiciones cambiaron.

     La respuesta a la pregunta inicial acerca de los factores que causaron el colapso maya del Clásico es compleja y con múltiples facetas, pero en el caso de la región Puuc parece que tenemos una situación en el que el clima y el ambiente pudo y quizá jugó un papel decisivo en el colapso y abandono final de una antigua civilización.

Arqueologo, investigador del Centro INAH-Yucatán

Texto tomado de: I'inaj Revista de Divulgación del Patrimonio Cultural de Yucatán, INAH. Centro INAH Yucatán. 2000.


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