En los pueblos más tradicionales la ceremonia es organizada por las autoridades del pueblo quienes mandan 'soldados' a limpiar el lugar, a recoger maderas para los altares y hojas para envolver las hostias. También se encargan de ir a buscar agua para la bebida de báalche'. La ceremonia está a cargo de uno o varios jmeeno'ob que inician su trabajo con rezos un día antes, y se quedan a dormir en el lugar para ahuyentar los 'malos vientos' que invariablemente acompañan a los seres sobrenaturales. El día de la ‘fiesta' los milperos llegan desde la madrugada para iniciar los preparativos.