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EL ARTE Y LA CIENCIA

Las bases materiales de la sociedad maya y la vida social y política, sustentaron una rica vida cultural y artística, que hizo de su cultura una de las más destacadas del mundo prehispánico. Los artesanos de tiempo completo (escultores, pintores, ceramistas, tejedores y lapidarios) recibieron el influjo cultural del momento y los plasmaron con su técnica y sensibilidad logrando realizaciones excelentes.

Dentro de las artes, los mayas sobresalieron en la escultura utilizando la piedra caliza tan abundante en la península de Yucatán, así como el cincel y el martillo de basalto y de diorita y mazos de madera recia.

Entre las esculturas y monumentos que crearon, figuran las llamadas estelas, columnas aisladas en las que representaban personajes importantes y jeroglificos. Con la construcción de las estelas conmemoraban diversos acontecimientos, en especial el final del Katún o período de 20 años.

La escultura en piedra abarcó bajorrelieve, dinteles, altares, y de la combinación maya tolteca: chamooles, atlantes, portaestandartes y tronos jaguar; el acabado lo realizaban con pulido o desgaste de las irregularidades y pintura como toque final.

Algunos vestigios escultóricos identificables con la cultura maya-tolteca son: la escultura de un Chac mool de Santa Rosa Xtampak en Campeche; la escalera con balaustrada de serpiente del Meco, las columnas con capitel de Palmul Playa, los pilares de Tancah, y la muralla de Tulum, en Quintana Roo; las columnas serpentinas del Castillo en Chichén-Itzá, y las representaciones de serpientes de Mayapán y Uxmal en el estado de Yucatán.

Utilizaron también la madera de chicozapote, el astillado de pedernal, el estuco y el barro para confeccionar figurillas o bien adornar las fachadas de los templos. En el modelado de arcilla se alcanzó una sorprendente originalidad y perfección con el dominio de múltiples recursos técnicos en las representaciones de figuras humanas, animales y en los vasos cilíndricos con inscripciones jeroglíficas. En los vasos se lograron superficies suaves y lisas con un gran lustre y una amplia gama de anaranjados y rojos resplandecientes, otras con brillo casi metálico y otros diferentes matices que oscilan desde el terracota al gris plomo.

Los detalles arquitectónicos obviamente variaron según las épocas y las localidades, pero algunos elementos perduraron y fueron comunes a toda la arquitectura maya. Uno de estos elementos es la llamada bóveda maya o de arco falso, la cual condiciona la extensión de los espacios interiores limitándolos a cuartos pequeños de muros muy gruesos. Cuando la arquitectura adoptó elementos toltecas logró magníficas obras, tal es el caso de las columnas serpentinas con la cabeza hacia abajo (basamento) y los crótalos hacia arriba (capitel), el uso del talud en la base, los bajorrelieves de  guilas y jaguares, las salas con columnas en forma de guerreros esculpidos y los muros con cráneos humanos.

Antonio Benavides observa, en su artículo "Usos tecnológicos entre los mayas prehispánicos", que éstos "poseyeron y aplicaron un gran acervo de conocimientos mecánicos, estructurales e incluso astronómicos en la construcción de sus obras. Muchos detalles técnicos relacionados con las propiedades específicas de los materiales empleados en la construcción y decoración tampoco les eran desconocidos... La obtención de millones de toneladas de piedra, cal, agua, madera, etc., se hizo con instrumentos de madera y de piedra, duros como el pedernal y el basalto o la andesita. Básicamente se usaron mazos, martillos y cinceles. El desplazamiento de tales materiales recayó siempre sobre el esfuerzo físico humano y el uso de implementos sencillos de madera y de fibras tejidas".

La música y la danza fueron otras de las manifestaciones artísticas del pueblo maya, estrechamente ligados al ceremonial religioso. Los frescos del templo de Bonampak en Chiapas, son una fuente documental importantísima en la que se puede observar a músicos con caracoles, flautas, sonajas, trompetas y carapachos de tortuga, y a bailarines cuyas máscaras e indumentaria les dan una apariencia mitológica.

Al igual que en las artes, los mayas destacaron en las ciencias, especialmente en la astronomía y la matemática. Sin embargo, así como las artes eran del dominio público y los artesanos procedían del pueblo, las ciencias se encontraban en las manos esclusivas de los sacerdotes. Ellos eran los únicos que poseían los conocimientos necesarios para predecir un eclipse de sol, descifrar las complicadas cuentas calendáricas o escribir un texto de medicina o adivinación en indescifrables jeroglifos.

Los observatorios astronómicos que se encuentran en varios centros ceremoniales, dan cuenta de lo importante que era para los mayas el paso del tiempo, el movimiento de los cuerpos celestes, la evolución de Los mayas tenían cuatro sistemas diferentes para medir el tiempo, cada uno con un propósito distinto. El primero de ellos era el TZOLKIN, calendario ritual o cuenta de los días formados por 20 trecenas, o sea 260 días, que servía para adivinar el futuro de las personas y determinar las fiestas de los dioses.las estaciones y los cambios climáticos.

El segundo era el calendario agrícola o HAAB, que medía el tiempo en el que la Tierra da vuelta al sol, o sea 365 días y un cuarto; marcando así las estaciones y las épocas propicias para la siembra y la cosecha. El ciclo constaba de 18 meses de 20 días (360 días), mas cinco días extras considerados como días de descanso, llamados UAYEB. Cada cuatro años agregaban un día para corregir las seis horas de atraso de cada año. Los meses del HAAB eran los siguientes: pop, uo, sip, sodz, tzec, xul, yaxkín, mol, chen, yax, sac, ceh, mac, kankín, muán, pax, kayab, cumbú y uayeb.
El tercer calendario era la combinación de los dos primeros, es decir 260, 360, produciendo un nuevo ciclo de 52 años, llamado "rueda calendárica" (haaboob). Las fechas de esta rueda calendárica se repetían, iguales, cada 52 años, lo que constituía el siglo maya. El problema con este calendario era que no había una diferencia clara entre las fechas de un siglo y otro. Para corregir esta deficiencia los mayas crearon un cuarto calendario llamado "cuenta larga", el cual les permitía hacer cálculos del paso del tiempo hasta 90 millones de años.

Predijeron y dejaron una tabla de eclipses en el códice Dresden y elaboraron también cálculos relativos al planeta Júpiter.

Grandes matemáticos, los mayas conocieron el concepto del cero siglos antes que los europeos y utilizaron el sistema numérico vigesimal, es decir, tomando el 20 como su base numérica (nuestro sistema es decimal, o sea con base 10). La unidad era representada con un punto (.), el número cinco con una barra (-) y el cero con el símbolo ; así como nuestros numerales, estos signos cambiaban de valor según fuera su posición. Curiosamente, aún se desconoce la forma en que los mayas realizaban las sumas y las resta. La misteriosa escritura maya, calificada de ideográfica por Sylvanus Morley, es aún indescifrable, se encuentra esculpida en piedra en estelas, tableros y dinteles; modelada en estuco en vasijas, o bien pintada en murales, códices y joyas.

Los códices se leían de izquierda a derecha, estaban elaborados con papel de la corteza del árbol copó, parecido al pergamino, unido y dispuesto en tiras largas que se doblaban como biombo. Entre la multitud de esos códices, sólo tres han llegado hasta nosotros: el Dresden, el Peresiano y el Tro-Cortesiano, que nos hablan de la religión maya, la astronomía y las ceremonias, así como de la agricultura, las enfermedades y la adivinación.

Los mayas poseían un profundo conocimiento de diversas enfermedades y prácticas médicas, incluyendo más de 400 remedios a base de plantas medicinales y de algunos animales. Los médicos mayas-yerberos (AH-MEN), vendadores de huesos (KAX-BAC) y parteras (X-ALANZAH) trataban los síntomas según observación objetiva de los efectos que estas plantas medicinales tenían en el cuerpo humano.



RELIGION, DIOSES Y RITUAL.

La religión dominaba todos los aspectos de la vida maya, siempre presente en los ritos agrícolas, en las ceremonias públicas, en el arte y en la cultura. Su importancia fue muy grande, si se toma en cuenta que estuvo fuertemente ligada al control político, a la concepción de la vida que sustentó la cultura maya y que, como las ciencias, su dominio fue ejercido por un grupo especializado, el de los sacerdotes.

La religión maya tenía tres características fundamentales. Primero, era una relión politeísta, es decir, se adoraba a varios dioses a la vez.

En segundo lugar, era una religión de aspectos naturalistas, ya que los dioses eran los elementos naturales (agua, fuego, aire y tierra), los fenómenos atmosféricos, los cuerpos celestes, etc.

Por último, la religión maya era dualista, pues partía del principio de que el bien y el mal son igualmente divinos. Los dioses del bien estaban en constante lucha con los dioses del mal, pero eran tan inseparables unos de otros como el día y la noche.

Los destinos de la humanidad se veían afectados siempre por esta lucha. Los dioses benévolos producían cosas positivas, como el trueno, el rayo, la lluvia, el maíz y la abundancia. A los dioses malévolos, en cambio se les atribuían el hambre y la miseria causadas por los huracanes, las sequías y la guerra sembradora de la muerte y destrucción. Un excelente ejemplo de esto es una representación en el códice Tro-Cortesiano, donde CHAAC, dios de la lluvia, planta un árbol, mientras que a su lado AH PUCH, dios de la muerte, lo arranca y rompe en dos.

 

El dios principal maya era HUNAB o HUNAB KU ("un dolo dios"), creador del mundo y de la humanidad a partir del maíz. HUNAB KU, padre y señor de todos los dioses, era considerado el ser absoluto, que jamás fue representado bajo ningún aspecto y que sin embargo estaba presente en todo, como dador de la medida y el movimiento.

ITZAMNA era el señor de los cielos, de la noche y del día. Posiblemente también se manifestaba como AHAU o KIN ICH KAKMO, el día del sol. Se le representa en los códices como un anciano de mandíbulas sin dientes, carrillos hundidos, naríz aguileña y algunas veces barbado. Se le atribuye la invención de la escritura, del calendario y por tanto su origen se remonta a los principios de la historia maya.

Otros dioses importantes eran: KUKULKAN, CHAAC, YAM KAX e IX-CHEL. El primero representaba al dios del viento, llamado serpiente emplumada, traido del Altiplano Central por putunes, itzáes y toltecas.

Chaac, dios de la lluvia, era representado con una naríz parecida a una trompa y dos colmillos enrollados que le salen de la boca y se dirigen hacia abajo. El adorno que lleva en la cabeza es por lo general una faja anudada, y el jeroglifo de su nombre tiene un ojo que en el códice Tro-Cortesiano toma decididamente la forma de una letra T. Era el dios mayor ascendiente popular, por extensión dios de la fertilidad y de la agricultura.

Yum Kax, el dios del maíz y señor de los bosques, se presentaba siempre como un joven, algunas veces con una mazorca de maíz en la cabeza o sosteniendo una vasija con tres mazorcas.

 

Ix-Chel, diosa de las inundaciones, de la preñez, del tejido y tal vez la representación de la luna, se presentaba como una anciana vaciando su cántaro sobre la tierra o también como una anciana tejiendo con un telar de cintura.

XAMAN EK representaba la estrella polar, EK CHUAH el cacao y el comercio, IXTAB el suicidio y KAAK U PACAT la guerra.

Los mayas concebían al cosmos compuesto por 13 cielos, uno sobre otro, de los cuales la tierra era la capa más baja. Sobre cada cielo presidían 13 dioses, llamados los Oxlahuntikú. Bajo la tierra había otros nueve cielos, también en capas, sobre los que presidían los Bolontikú. El último de estos cielos era el Mitnal, el infierno maya, reino de Ah Puch, señor de la muerte. Creían que antes que el suyo habían existido otros mundos destruídos todos por el diluvio. El mundo actual era sostenido por cuatro hermanos guardianes llamados bacabes, localizados en los cuatro puntos cardinales. En el centro del mundo maya se encontraba el Yaxché, o ceiba sagrada, cuyas ramas se elevaban a los cielos y cuyas raíces penetraban en el inframundo.

Solicitaban de sus dioses los dones de la vida, la salud y el sustento, a cambio de las cuales realizaban una serie de ofrendas y de ceremonias purificadoras inmersas en un complejo ritual. Practicaban el ayuno y la abastinencia sexual, así como una serie de sacrificios que iban desde sencillas ofrendas de alimentos, incienso y tabaco, animales, ornamentos y joyas, plumas y conchas, hasta los sacrificios humanos.

Sylvanus Morley, en su obra La Civilización Maya, observa que "las oraciones formaban un elemento esencial del ritual maya, y la ayuda de los dioses se buscaba en todo género de actividades, en la adivinación, profecía y horóscopos, en los ritos de la pubertad y del matrimonio, en toda clase de ceremonias generales, para liberarse de dificultades, y para reprimir al diablo que las causaba, para conseguir la maternidad de una mujer sin hijos, para expulsar a los espíritus malignos antes de comenzar cualquier ceremonia; para evitar la sequía y las plagas de langosta que producían el hambre, la enfermedad, el robo y la discordia y cambios dinásticos y jerárquicos que conducían a la guerra, y para tener éxito feliz en toda clase de empresas: agricultura, caza, pesca, comercio".

La danza era también una parte importante del ritual. Tanto hombres como mujeres tenían sus bailes particulares y rara vez bailaban juntos. El baile de Holcan Okot, por ejemplo, era realizado por 800 guerreros que se movían con precisión absoluta mientras invocaban la ayuda y protección de Kaak u Pacat.

Las fiestas dedicadas a los dioses se celebraban en las fechas fijas establecidas por el Tzolkín o calendario ritual. Los sacerdotes organizaban las ceremonias, la ornamentación de los templos y la presentación de las ofrendas. Había también juegos de pelota, dramatizaciones, procesiones y otros festejos.






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