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El camino serpenteado al alfabeto popular: Guerras, treguas, y el caso distintivo del maya yucateco

Michal Brody


1. Introducción

En las ultimas décadas en América Latina, han pasado las dichas “guerras del alfabeto” con sus discusiones fuertes y prolongadas sobre la selección de grafemas para los alfabetos de varios idiomas indígenas en su forma escrita (Richards y Richards 1997; Franchetto 2003). En estas polémicas han participado lingüistas extranjeros y nacionales, funcionarios de instituciones pedagógicas, y misioneros—además de los hablantes mismos en toda su diversidad; cada grupo tiene sus prioridades y finalidades. A pesar de las distintas condiciones y diferencias fundamentales entre los idiomas, hay muchas semejanzas entre los debates. En el caso del maya yucateco también ha habido discusiones fuertes sobre unos grafemas. Dos reuniones en 1981 y 1984 para oficializar un alfabeto generaron debate por dos ejes. Primero, se desafió a la autoridad de las instituciones participantes para tomar decisiones por parte de los hablantes. Tan poco, no hubo acuerdo en los criterios de selección, resultado que actualmente hay variación notable en la representación de seis fonemas.

     Sin embargo, la “guerra” en Yucatán se ha calmado y está pasando por una, digamos, tregua. La idea predominante que he encontrado en la península es que, sí, hay variación grafémica, pero está no causa problemas graves. En su mayoría, cada quien escribe según su preferencia grafémica, y las instituciones que apoyan proyectos de escritura generalmente respetan las preferencias de los autores, solo pidiendo que cada obra sea consistente al interior de sí mismo. Como me explicó un educador, la prioridad es que la gente escriba y publique, usando la escritura que quieran. La variación se resolverá por si misma con el tiempo.

 

2. Las Cinco Condiciones

Voy a detallar los cinco factores principales que dan razón a la tregua, o sea, la aceptación y aceptación con la variación grafémica en el maya yucateco. Los detalles de la variación grafémica son interesantes, pero no los voy a abordar hoy sino que les daré un pequeño resumen. Brevemente, solo tres grafemas se encuentran frecuentemente con variación. Otros tres son variables, pero mucho menos. Se muestran las variantes en el Cuadro 1 en el orden de su frecuencia (el par ‹tz, dz› aparece en casi 50% de los documentos; el par ‹c, k› no es común).

FONEMAS
1984
VARIANTES
/ts, ts’/
‹ts, ts’›
‹tz, dz›
/h/
‹j›
‹h›
/w/
‹w›
‹u›
/k, k’/
‹k, k’›
‹c, k›
Tabla 1. Variantes grafémicas en el maya yucateco contemporáneo

     Cabe mencionar que los cinco factores a continuación interactúan entre ellos, y no se puede decir cuáles son los más importantes; entonces, el orden de su presentación no contiene ninguna implicación respecto a su importancia.

 

2.1 La tradición de escritura

El maya yucateco tiene una tradición de escritura de mucha historia y continuidad. Aunque el alfabeto romano fue impuesto por los frailes españoles, acabando con la escritura de glifos, el alfabeto ha sido integrado profundamente en la cultura yucateca. Este hecho tiene dos implicaciones importantes: primero, hay personas ya alfabetizadas en maya que no quieren cambiar el alfabeto que aprendieron a pesar de muchos obstáculos. Además, el maya yucateco escrito tiene un aspecto muy distinto, en gran parte por causa de los grafemas que no se encuentran en el castellano, tal como es el caso del ‹dz›. La estética de estas grafías es un artefacto cultural de mucho valor. Woolard, hablando de la selección del alfabetos, observó que los grafemas son “símbolos que traen significados históricos, políticos y culturales” (1998:23). Me parece que el grafema ‹dz› se ha convertido en un emblema, un símbolo, de la cultura maya yucateca y de una continuidad con los antepasados. Por su antigüedad y su ubiquidad en la representación gráfica de los topónimos y apellidos yucatecos, no va a desaparecer ni esa variante ni otras que preceden el alfabeto de 1984.

 

2.2 Fronteras lingüísticas, fronteras políticas

El segundo factor es la relación entre las fronteras del territorio lingüístico y las fronteras políticas. Se habla el maya yucateco por casi toda la península de Yucatán, lo cual abarca tres entidades federales de México— Yucatán, Campeche y Quintana Roo— y la región norteña de Belice.

Figura 1. Mapa de la península de Yucatán

Además, en muchas partes de su territorio, es el único idioma indígena hablado. Las instituciones oficiales de educación y cultura son organizadas a nivel estatal; el sistema no fomenta colaboración entre los estados, mucho menos entre los dos países. Cada entidad arma sus propios proyectos cuyos frutos mayormente quedan dentro de las fronteras estatales. En las reuniones de 1981 y 1984 para definir el alfabeto oficial, se invitaron solamente representantes de instituciones del gobierno del estado de Yucatán y a una asociación civil con su sede en Mérida, capital del estado. Recientemente, se han hecho esfuerzos para organizar a los hablantes por todo el territorio con finalidades culturales y lingüísticas; sin embargo, un alfabeto unificado no es de alta prioridad.

 

2.3 Los lingüistas y la lingüística

La tercera condición que contribuye a la tregua tiene que ver con el papel de la lingüística y los lingüistas. Para muchas comunidades indígenas de América Latina, la disciplina era algo ajeno, sus practicantes eran extranjeros o gente que provenía de comunidades no indígenas. En contraste, Yucatán contaba con un lingüista nativo, Alfredo Barrera Vásquez. Desde la década de los 30s hasta que falleció en 1980, don Alfredo se involucró en asuntos lingüísticos: hizo investigaciones, analizó documentos coloniales y publicó varios ensayos sobre el idioma y la cultura de su época. Fundó, con sus colegas, la Academia de Lengua Maya en Mérida en 1937. Su obra mayor, un diccionario bilingüe con unas 200.000 entradas, se publicó en 1980; este gran proyecto llevó muchos años en realizarse y contó con la participación y capacitación lingüística de muchas personas. En su vida y sus obras, Barrera Vásquez fue un defensor de la lengua y cultura maya; además, por su fama y gran aprecio en la península, él dio gran respeto a la disciplina de la lingüística dentro de la mirada de muchos yucatecos.

     Por medio de las actividades de Barrera Vásquez, la lingüística se integró en la vida literaria de Yucatán muchos años antes de su entrada en otras comunidades; además, fue una lingüística en manos nativas (si no siempre mayas). Aquí encontramos dos consecuencias: primero, las reuniones de 1981 y 1984 privilegiaron la ciencia sobre todo, tal como se concebía en esa época. La gran confianza en la lingüística y en la ciencia desvaneció la voz popular, y provocó una percepción de que el alfabeto fue hecho por y para los lingüistas.

     Segundo, no se puede probar definitivamente, pero se quede sostener que la actividad lingüística de Barrera Vásquez, y de sus colegas, protegió la península de las incursiones de misioneros extranjeros como el ILV. No se percibía Yucatán y el maya yucateco como territorio virgen y sin defensas. Según su propia página de la red, el ILV plantea que “la comunidad yucateca cuenta con recursos lingüísticos propios.”

 

2.4 La ausencia del ILV

Con esto llegamos a la cuarta condición— la ausencia del ILV en la península, y es un punto sencillo pero de mucha importancia. En Guatemala, por ejemplo, el ILV tenía una presencia grande, poderosa y destructiva (Cojtí Cuxil 1996; England 1996; Fischer 1996). Funcionaba con la bendición del gobierno y con finalidades de evangelización y etnocidio. La urgencia de combatir su influencia dio fuerza a los mayas guatemaltecos para tomar sus asuntos lingüísticos en sus propias manos y seleccionar un alfabeto unificado que podría servir a sus propias metas. En Yucatán, sin esta influencia venenosa, no hubo tanta necesidad de organizarse para unificar y estandarizar la forma escrita de su idioma. Los yucatecos habían resistido la quema de todos sus libros y el desprecio de su idioma y su cultura, pero desde el siglo XVI, no habían padecido la apropiación de su idioma por parte de extranjeros con objetivos de etnocidio. Por eso, la unificación y estandarización no urgían mucho en Yucatán. El único motivo que propusieron para unificar el alfabeto en Yucatán fue la eliminación de la confusión; no tenían que eliminar las amenazas de ninguna cooptación.

 

2.5 Descentralización yucateca

No estoy sugiriendo que todos los yucatecos se sentían cómodos con la variación grafémica. Los educadores, especialmente, percibían que la variación obstaculizaba la adquisición de la lectura, y querían que todos los libros y materiales didácticos utilizaron un solo alfabeto. Se convocó a la reunión de 1981 por la Unidad Regional de Culturas Populares (URCP), la rama cultural de la Secretaria de Educación Pública (SEP). La reunión de 1984 se convocó por la oficina estatal del Instituto Nacional de Educación de para los Adultos, otra rama de la SEP. Normalmente es el dominio de la educación donde se aborda a los asuntos lingüísticos, y como ya se ha mencionado, las instituciones educativas funcionan a nivel estatal. Aunque cuentan con la participación de personas mayas—a veces con puestos de poder— este sistema de organización social no es popular. Toma su lugar en la jerarquía gubernamental y partidaria. Desde hace muchas generaciones, los mayas yucatecos, para su supervivencia cultural, procuraron descentralizar sus propias instituciones culturales; el liderazgo comunitario pasó a ser en su mayor parte clandestino. Por la descentralización y la expansión tan amplia de la península, no existe actualmente ninguna infraestructura social que organice los asuntos lingüísticos. No hay ninguna entidad organizativa que pueda representar los puntos de vista de los casi millón de hablantes en toda su diversidad. Sin representación amplia, no sería aceptado ningún alfabeto.

 

3. La Aceptación de la Variación

Hasta ahora, he explicado porque fallaron los esfuerzos para unificar el alfabeto. Sin embargo, no es el caso de que la variación exista solo porque es imposible eliminarla y que convenga llegar a una resignación. También hay una aceptación verdadera de la variación. En entrevistas y pláticas informales con mayahablantes en 2001 y 2002, pocos contaron que la variación les causa mucha confusión o que les costara trabajo leer por la variación. Sugiero que esta aceptación tiene mucho que ver con la mucha variación visible en espacios públicos. Por ejemplo, una de las ciudades principales de Yucatán, Valladolid, se conoce también por su nombre maya, Saki’. Se ve ese nombre en letreros, pancartas y nombres de negocios escritos en casi todas las combinaciones de variantes grafémicas antiguas y modernas, así:

Figura 2. Variantes de un topónimo

Saki’   Zací   Saci’  
  Sací   Zaci   Sakih

     La gente se acostumbra a la variación, y es parte de la vida normal. De hecho, más de una vez en mis pláticas con mayahablantes tenía que explicar con ejemplos y detalles a lo que me refería porque la persona con la que hablaba sinceramente no se había dado cuenta de la variación grafémica. Escuché varias veces una idea expresada por los académicos Ivanic& y Clark (1997), quienes sugieren: “no hay razón intrínseca para que las palabras siempre se escriban de igual forma, de la misma manera de que no hay razón para que se pronuncien siempre igual.”

     Otro factor que podría contribuir a la aceptación con la variación en maya se encuentra en el español escrito. Dicen que el español se escribe muy sencillamente y fonéticamente, pero respecto a sus valores fonéticos, hay mucha variación grafémica. Por ejemplo:

<silla cinta>  <pez peces>  <casar cazar>
<quema cama>  <besos vasos>  <ayer allá>
<joya olla>  <hora oro>  <hecho echo>
Figura 3. Anomalías en la ortografía española

     Claramente, la variación grafémica en español tiene sus razones históricas, las cuales pasan a ser intuición para los hispanohablantes con mucha experiencia leyendo el idioma. Sugiero que estas anomalías podrían parecer casi azarosas para las personas adquiriendo español como segunda lengua. Adultos que leen poco y niños aprendiendo descifrar el idioma escrito verían éstas variaciones— en español tanto como en maya— como lo normal.

 

4. Conclusión

Propongo que en Yucatán la variación grafémica proporciona una flexibilidad que facilita el desarrollo de la escritura y literatura en el largo plazo. Muchos mayahablantes que saben leer y escribir en español me han dicho que no pueden escribir en maya porque no han aprendido hacerlo “correctamente.” Su escolaridad en castellano les ha dado la idea de que no cualquiera puede escribir y leer su propio idioma porque se requiere de una capacitación especial. La variación y su aceptación proporcionan una flexibilidad en el maya yucateco que está sirviendo para quitar el misterio de la escritura. Los hablantes podrían saber que no les falta nada y que tienen la habilidad y la oportunidad para expresarse libremente en forma escrita.

     En está ponencia he descrito las condiciones que hacen muy distinto el caso del maya yucateco. Por muchas razones, la estrategia de tregua y tolerancia no funcionaría en todas las comunidades indígenas. No obstante, espero que el ejemplo de maya yucateco pueda contribuir de alguna manera a nuestro conocimiento y nuestros esfuerzos, como y donde sean.

 

Memorias del Congreso de Idiomas Indígenas de Latinoamérica-I
(23-25 de octubre de 2003, University of Texas at Austin)
Michal Brody Department of Linguistics 1 University Station B5100
Calhoun Hall 501 The University of Texas at Austin
Austin, TX 78712brody@mail.utexas.edu

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