Esta
obra escrita por Juan Ramón Bastarrachea Manzano, antropólogo
social, Fidencio Briceño Chel, lingüista y Ermilo Yah
Pech, bachiller, todos hablantes de maya y maestros del idioma,
rescata el idioma maya hablado hoy en día. El idioma maya
de Yucatán, de antigua estirpe, elevada cultura y sonoro
cantar se plasma aquí de manera definitiva y en su uso actual.
Según
el profesor Romero en su artículo “Las lenguas mayas
de México” (Arana de Swadesh, 1975), nos dice que:
“El subgrupo maya-lacandón comprende cuatro formas
dialectales de habla: yucateco, lacandón, mopán e
itzá” y que el yucateco “se habla en los Estados
de Yucatán, Campeche y quintana Roo. Existe, asimismo, un
pequeño grupo de habla yucateca en Corozal, Belice. De estas
cuatro formas de habla, el yucateco es el que mayor número
de hablantes tiene; cuenta con varios cientos de miles”. Es
por esto que cobra una gran importancia este doble diccionario,
aunque se restringe tan solo el maya de Yucatán.
Comparando
este diccionario con otros de la lengua maya incluido el Diccionario
Maya Cordemex (Barrera Vásquez y otros), del cual es coautor
J.R Bastarrachea; y de otras lengua mayances, por ejemplo The Great
Tzotzil Dictionary of San Lorenzo Zinacantan de Robert Laughlin
(Laughlin, 1975), se nota que no es una obra que intenta abarcar todo
el idioma maya desde sus primeros registros coloniales, como en el primer
caso, o que ofrezca un análisis exhaustivo de todas sus combinaciones
morfológicas, como en el segundo caso. Más bien se trata
de un diccionario del maya en uso actual, dirigido a los hablantes de
maya y a los interesados no hablantes que quieran conocer el equivalente
de las glosas mayas, sin todo el molesto aparato lingüístico
de prefijos, sufijos, etc., pero se indican las partes de la oración
como verbo, adjetivo, y curiosas especificaciones de género,
masculino y femenino, para los sustantivos, aunque esto carece de valor
en el idioma maya que en lugar de estos dos clasificadores de género
tiene más de 140 clasificadores de tamaño, forma, configuración,
etc.
Pero
también recupera el habla popular del español de Yucatán,
pues abunda en regionalismos como “alpargata”,“achiote”,
“adobado”, “ñame”, etc. Y al mismo
tiempo ofrece equivalentes mayas (evidentemente neologismos) de
palabras como “kiosko”, “klaxon”, y aún
de palabras como “jardín”, “jaula”,
y otras que no son conceptos propios de la cultura maya, ya que
son traducidas por formas perifrásticas.
Una innovación
en la ortografía usada en este volumen, que sigue casi todos
los lineamientos de la ortografía del Diccionario Maya Cordemex
(desechando la escritura tradicional, con el contraste de “C”
y “K” y otros dobletes para indicar las consonantes glotalizadas
o “heridas” es el uso, por primera vez, en diccionarios
mayas de la marca del tono que sirve para distinguir muchas palabras
aparentemente homófonas en otros diccionarios, por ejemplo:
aak
hierba gramínea, en contraste con
áak tortuga;
buuj
partir, cascar, en contraste con
búuj mitad
chuuj
quemar, en contraste con
chúuj calabazo;
eek’
estrella, lucero, astro en contraste con
éek’ negro, obscuro, sucio
Esta
obra seguramente será de gran utilidad para los hablantes
y los estudiosos de la lengua maya actual, tal como se habla en
Yucatán y felicito, sinceramente a los autores por este esfuerzo
para dar a conocer al mundo este idioma nuestro.
Lingüísta Roberto Escalante H.
Referencias:
Arana
de Swadesh, E.
Barrera Vásquez, A. y otros
Laughlin, R.M.
Las
Lenguas de México II
SEP/INAH. México, 975
Diccionario
Maya Cordemex
Ediciones Cordemex, México, 1980
The
Great Tzotzil Dictionary of San Lorenzo Zinacantan
Smithsonian Instituion.
Washington 1975.
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