This volume includes more
than 500 articles that together provide basic information about the
ancient past of Middle America that geographical area that includes
the modern nations of México, Guatemala, Belize, Honduras, El
Salvador, Nicaragua, Costa Rica and Panama. As an indigenous culture
area, it was first inhabited well over 10,000 years ago, and by 4,000
years ago its peoples had begun to farm and live in villages. Complex
societies emerged in the subsequent millennia in the region's core area,
known as Mesoamerica. This culture history culminated in the Aztec empire,
the last great indigenous Mesoamerican polity, wich was absorbed by
Spain in A.D. 1521. Indigenous cultural traits have survived strongly,
and some Mesoamerican traits have spread throughout the world, but the
subject of this book is, by and large, Mesoamerica before contact with
European culture.
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Este
libro tiene el propósito de revitalizar, mantener y desarrollar
las lenguas y culturas indígenas de México, con materiales
para que los niños jueguen con sus abuelos, fortaleciendo y promoviendo
el gran legado etnolingüístico mexicano. La obra compila
una serie de adivinanzas en maya, español, inglés, tzotzil
y francés; cada una ilustrada con dibujos para que los pequeños
se diviertan iluminando, así como amplias notas al pie de página
para una satisfactoria enseñanza
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The
present study is intended as an anthropologically oriented contribution
to the investigation of the Pentecostal movement. Pentecostalism is
a Protestant evangelical movement.
Its roots are to be found in the Reformation tradition, in the evangelical
and holiness movements of the nineteenth century, and in the spiritual
awakenings of the beginning of the twentieth century. Pentecostals differ
from mainstream denominations by insisting on the reality of the experience
of the (adult) baptism by the Holy Spirit and by the conviction that
the gifts of the Holy Spirit, such as speaking in tongues, prophecy,
divine healing, and exorcism, are the norm for Christian church life.
They emphasize eschatology and the Second Coming of Christ and exhibit
an exuberance of worship not found in the traditional congregations.
The conflict between the Pentecostal religious style and that of the
established denominations involves the contrast between an experience-oriented
worship and a principally theologically informed religiosity. While
soon splitting into a number of branches, the Pentecostal movement spread
rapidly in the English-speaking world (see Nichol1966), and in the second
decade of the twentieth century it began its march southward into Latin
America.
Soon, however, sociologists began noting a certain ephemeral quality
about these congregations. After some years, for example, speaking in
tongues, originally the main attraction, was being dropped by some congregations,
initiating a return of the group to "orthodoxy:' that is, reverting
from the experiential to the theological style of worship. On the community
level, such perceived attrition usually results in the instituting of
an aggressive missionizing. As for the individual, the waning of the
capacity of speaking in tongues results in much painful soul-searching
as the believer attempts to discover the reason for what is perceived
as the withdrawal of the Holy Spirit.
The question suggests itself whether such an evolution is an occasional
happenstance, possibly the result of certain social constellations,
or whether it represents the workings of the surface manifestation of
certain biological processes, such as the Swiss psychiatrist Th. Spoerri
(1969) stipulated decades ago, when he suggested that after prolonged
ecstatic experiences involved in speaking in tongues, "the brain heals
itself." The lore of the various congregations that I came to know during
fieldwork both in Mexico City and in the Yucatan provided no clear answer.
I encountered references to the Holy Spirit unaccountably leaving some
members but by no means all of them. The comment usually involved the
"delicate" nature of the Holy Spirit, that is, easily offended, but
no suggestion of the nature of the offense. However, the puzzling impermanent
nature of these congregations persisted. I eventually realized that
the question concerning the reasons why some congregations persisted
and other dissolved or lost their ecstatic behavior altogether could
only be answered by engaging in a study carried on over a number of
years, beginning close to the congregation's inception and lasting till
its possible dissolution or transformation into a traditiorial fundamentalist
group.
The group I eventually chose for this study was the Maya village Apostolic
congregation in Yucatan, familiar to me since 1969. It provided the
material for my dissertation (published in 1974-in.Goodman et al., Trance,
Healing and Hallucination), which I have incorporated in this report.
I observed the congregation until1986, making yearly visits and filling
in the gaps by correspondence. My visits ended with the death of my "Eus," Eustaquia S., my principal consultant and dear friend. At that
time, the congregation was still a solid, viable group, its ecstatic
experiences part of their worship service. By contrast, a local Pentecostal
congregation had long since dissolved. Its young minister had agonized.
Two young girls had experienced demon possession. Their uncle, not a
minister or even an experienced preacher, had bungled their exorcism,
and they scandalized the village in the course of it by stripping naked
in public. The Apostolic congregation, however, despite a number of
severe crises, persisted over the nearly two decades of observation.
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Este
volumen es una aproximación inicial y fragmentaria a la diversidad jurídica
en la península de Yucatán, especialmente con respecto a la población
maya. Es de esperarse, empero, que la lectura de los textos en él contenidos
muestre que el campo jurídico, a pesar de ser un campo especializado,
es también, como cualquier otra especialización, nada más una aproximación
particular al conjunto de la sociedad y la cultura de que trata, en
este caso, de la cultura maya contemporánea. Es, por tanto, una invitación
al diálogo intercultural. Al mismo tiempo es un llamado a la intensificación
de la investigación jurídico-social apenas empezada en la región. Ésta,
por más que se centre en los procesos específicos de la península, no
podrá dejar de ver que procesos y situaciones semejantes se están desarrollando
actualmente en muchas partes de América Latina y del mundo entero, donde
pueblos y comunidades indígenas están levantando sus voces para protestar
por su dignidad negada y para exigir un desarrollo sociocultural propio.
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Escribir
esta Breve historia constituyó un verdadero reto, pues desde que en
1871 don Cresencio Carrillo y Ancona publicó su compendio Histórico
de Yucatán hasta la escrita un siglo después por Don Jaime Oroza Díaz,
Yucatán cuenta, cuando menos, con seis textos que narran de manera sucinta
su historia. Como suele suceder, cada uno de estos autores, de acuerdo
con la época e inclinaciones intelectuales, le imprimió a sus respectivas
obras su visión, manera y tiempo de historiar. De suyo constituyen aportes
culturales de gran valía a nuestro conocimiento y como tales son producto
irremediable de su generación.
Esta Breve historia de Yucatán también es producto de una nueva generación
y tiene una forma particular de acercarse a la Historia, de historiar.
Como muchas otras historias, narra los sucesos que resultaron definitivos
y definitorios en la construcción del Yucatán contemporáneo. Son acontecimientos
de naturaleza distinta: geológicos, económicos, políticos, sociales
y culturales; también aparecen aquellos para los cuales no se tiene
una explicación convincente o simplemente no la tienen, pero que se
sabe ocurrieron y fueron importantes en el acontecer regional.
En esta obra los acontecimientos no se cuentan y narran de manera aislada
y sucesiva. Por el contrario, su virtud y aporte residen en que se han
entrelazado y entretejido para distinguir los grandes periodos de la
historia de Yucatán. El resultado ha sido este texto con 13 capítulos.
Cada uno corresponde a una de las grandes etapas por las cuales ha transitado
nuestra sociedad. Cuando la narración lo exige, los sucesos aparecen
referidos a contextos más amplios; ya sea coloniales, nacionales o internacionales.
En unos capítulos el énfasis recae en los eventos de carácter político,
en otros en los de naturaleza social o económica. Es uno de los imponderables
de un texto de síntesis, pues, a pesar de la amplia y abundante bibliografía
regional, se depende de los intereses intelectuales de terceros.
En esta obra el hacedor o protagonista de la historia son grupos sociales
claramente identificados, y los grandes personajes, sin perderlos de
vista, aparecen dibujados como figuras cuyas propuestas económicas,
sociales y culturales desempeñaron, en su momento, un papel importante
en la definición del desarrollo histórico regional. Como toda historia,
este libro tiene un principio y un fin. El inicio no tiene una fecha
precisa, es sólo una alusión cronológica vaga que se remonta hasta antes
de la era cristiana. Tampoco concluye en un año exacto sino con referencias
como "hoy", a principios del nuevo milenio", pues el desenlace de los
procesos sociales que actualmente vive Yucatán, y de los cuales somos
en ciertos casos los actores de grado o fuerza y en otros simples espectadores,
no depende de nuestra voluntad y, por tanto, no podemos ponerle punto
final.
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La intención
de crear una literatura fresca, sin compromisos o modas, sencilla y
yucateca aunque en su gama de recursos y voces tienda hacia mas allá
de fronteras y limites, alejada de rebuscamientos o sensacionalismos,
impulso a este grupo de jóvenes universitarios a sentirse comprometidos
y a tomar en serio la vocación presente en cada uno de ellos, para dedicarle
tiempo y tesón, y también buen gusto.
Poesía y prosa se dan cita en este cuaderno que contiene ya, presencias
con futuro en letras. El camino es largo y dificíl, pero también satisfactorio
porque a la vuelta de cada esquina están los frutos y las recompensas.
Nada puede substituir el placer y la emoción de tener en las manos algo
que costo tanto esfuerzo y fue hilvanado palabra por palabra en forma
libre y solitaria.
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El objetivo
de este libro es proporcionar una herramienta de análisis para comprender
mejor, de una manera objetiva y comparada, la situación de la mujer
en Yucatán y en el municipio de Mérida al comenzar el siglo XXI. El
libro aporta una información crítica de carácter cuantitativo que permite
observar las rápidas transformaciones, así como los rezagos, en las
relaciones de género en Yucatán.
Se trata de una selección y reelaboración de las variables más importantes
para cuantificar la presencia de la mujer y las características de la
población femenina yucateca, la información que aquí se proporciona
tiene la finalidad de ayudar a pensar cuales son algunos de los puntos
más urgentes que es indispensable empezar a discutir y atender, como
parte medular de una política pública sensible a las necesidades de
género. Esta información también busca ser de utilidad para definir
temas de investigación y problemas de conocimiento prioritarios que
la academia necesita atender a corto plazo, ya sea por la profundidad
de su impacto social o por la escasa información que aún tenemos de
ellos.
Hay que señalar que pese a la gran cantidad de cuadros que aquí presentamos,
la dimensión cuantitativa de la mujer yucateca está aun incompleta.
Abarcamos temas de gran importancia pero hay otros como el aborto, el
SIDA, aspectos específicos de la salud reproductiva como el cáncer cérvico-uterino
y asuntos como el empoderamiento femenino que no pudimos tratar o sólo
lo hicimos de una manera escueta. En gran medida esto se debe a la ausencia
de fuentes confiables y a la falta de colaboración de las instituciones
que guardan esta información y se mostraron celosas de proporcionarla
por razones profesionales o políticas. De cualquier manera los datos
que aquí proporcionamos constituyen una fuente generosa de conocimientos
que esperamos sea de utilidad para plantearse problemas, efectuar estudios
de carácter cualitativo y desarrollar temáticas más profundas.
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El presente
libro el resultado de un esfuerzo colectivo por analizar, a partir de
la herencia cultural maya, diversos procesos particulares a través de
los cuales se ha construido lo femenino en Yucatán. Es decir se intenta
cubrir un espacio abandonado del análisis antropológico: el estudio
de las identidades de genero, atendiendo la historicidad del proceso
y la etnicidad. Para ello, nuestro análisis toma en consideración el
largo colonialismo sufrido por el pueblo maya, al cual le fueron impuestos
nuevos modos de vida, representaciones, restricciones y normas, dando
lugar a una nueva concepción del “ser” y “deber ser” del varón y de
la mujer. Al mismo tiempo, se considero la capacidad de resistencia
cultural del pueblo maya, lo que permitió que diversos elementos lograran
permanecer a lo largo del tiempo.
La riqueza fundamental de este texto es que engloba análisis de diferentes
perspectivas (histórica, etnohistórica, antropológica y literaria) lo
que, en conjunto, nos permiten una comprensión integral de cómo a través
de los siglos se fueron tejiendo las diferentes identidades de las mujeres
mayas.
El trabajo cuestiona los estudios sobre el área que parten de prejuicios
androcentricos y etnocéntricos, asignando a la mujer yucateca un rol
sobreentendido que resalta su carácter subordinado, sin considerar lo
trascendental de su aportación, no solo como productora de bienes materiales
sino como parte actuante de las construcciones culturales. Finalmente,
se pretende contribuir a la revaloración de la cultura maya demostrando
el importante papel que la mujer ha desempeñado en ella a través de
los siglos.
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Es de un
valor incalculable para mí recordar la riqueza de la coreografía prehispánica
y trata de conservar en el pueblo mestizo la tradición de sus ancestros
indígenas y aun darlo a conocer a la futuras generaciones.
En le teatro de las danzas populares, "La Vaquería", recordamos el baile
de la jarana que, en la conjunción de los sonetos indígenas con los
derivados mestizos de la música popular andaluza, es el más genuino
y típico de los bailes populares de Yucatán; recordamos también la "
Bomba" que es un campanillazo dado a la alegría de revivir ante ejemplo
y galanura con el que el improvisado obsequia a su compañera de baile.
Cada fiesta costumbrista renueva en nuestros corazones el resplandor
de nuevas primaveras. Creo que por lo tanto, que tras el jolgorio peninsular
en donde escuchamos sones de origen indígena reconocemos que hay otros
de linaje mestizo derivados de la música popular andaluza, tales son:
la angaripola, el degollete, los aires
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En mayas y coloniales se presenta uno de los capítulos mas originales de la cultura maya-yukateka como viene siendo, siglo tras siglo, el de la tradición literaria; para ello, se parte de un análisis de la función poética y étnica de las voces de la escritura plasmadas en algunos textos coloniales y modernos escritos precisamente en la lengua maya de la Península de Yucatán.. los evangelizadores lingüistas europeos, los libros de Chilam Balam, los cruzoob, las mujeres mayas y los autores contemporáneos, convergen en un mismo espacio cultural y en un Tiempo cíclico donde el presente es, así de facil, pasado y futuro. Estos Apuntes etnoliterarios para el Yucatán del siglo XXI, también reflejan una visión de los convencidos que los escritores (dzib, xcribas,…) de ayer y de hoy conservan y defienden como una de las características principales del propio prestigio étnico maya.
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El Calepino maya de Motu} es con razón tenido por todos los estudiosos de la lengua antigua de Yucatán como la obra léxica por excelencia. Su cúmulo impresionante de voces y de oraciones mayas lo justifican, no así el orden caótico, el sobreabundante número de errores con que éstas se trasmitieron. Si la intención de ordenamiento alfabético es notoria en el Calepino, la de ordenar los lexemas de una manera lógica brilla por su ausencia. En ese sentido parece haber quedado la obra en una etapa embrionaria; da la impresión de que su autor o compilador, cuando la compuso, sólo estaba pensando en desahogar sobre una copia preliminar, sobre un borrador tentativo, el aluvión de sus datos.
Para que esta obra que se conserva sin acabar, que su autor dejó a medias, se transformara en vocabulario formal, debería ser sometida a un reordenamiento masivo. Reordenamiento alfabético en primer lugar, presidido por otro lógico. En pocas palabras, habría que completar el trabajo de su presunto autor y editar la obra con dignidad. En tanto dicha labor no se lleve a efecto, las ediciones del Calepino seguirán siendo las de un manuscrito antiguo, no las del diccionario que al parecer proyectó su compilador y no llegó a terminar.
Tareas distintas son, pues, la de editar el Calepino que se atribuye a fray Antonio de Ciudad Real, y la de editar críticamente el manuscrito en que se contiene su obra embrionaria. La primera, no obstante los meritorios esfuerzos de lingüistas muy competentes que de buena fe la emprendieron, todavía no se ha consumado; la segunda se intenta ahora con el generoso apoyo del INSTITUTO DE INVESTIGACIONES Filológicas y de su Centro de Estudios Mayas, que antes lo brindaron a la primera edición facsímil del manuscrito del Calepino (1984).
Para cerrar estas breves líneas, deseo manifestar mi profundo agradecimiento a las instituciones y personas que, durante los afios que he dedicado al proyecto, colaboraron financiera, moral y profesionalmente conmigo. Aparte de las que acabo de mencionar, a la Biblioteca JohnCarterBrown de Providence, RhodeIsland, y al Sistema Nacional de Investigadores; a David Bolles, a WoodrowBorah, a Gerardo Bustos, a Martha Garda, a Ana Luisa Izquierdo, a Judith Martínez Hernández, a TsubasaOkoshiHarada y a Augusto Vallejo. Hasta que pase a la imprenta y salga de ella, mi manuscrito habrá de pasar por varias vicisitudes: dictámenes, composición tipográfica, correcciones y revisiones de pruebas, etcétera. Anticipo, entonces, mi gratitud a quienes van a participar en ese largo proceso cuya consumación quizás ya no vea
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In this book I hope to acquaint the reader with writings by and about the Mayas of the nineteenth-century YucatánPeninsula. Some of the selections are well known to scholars; others, to my knowledge, have never been seen before, not even by specialists in the field. All of these selections, however, have something distinctive and important to say about a culture that has been in a constant state of evolution since long before the birth of Christ, and which remains an important component of life in southeast Mexico, Belize, and Guatemala.
This selection of writings concerning the nineteenth-century-Yucatec Mayas appears in what can only be described as a lacuna of translated and published information on the subject. Such a gap becomes even more curious when compared with the abundance of such works in related fields. For example, published records of contact with North American Indian groups have become relatively common. Readers who are interested in the ethnohistory of the United States and Canada can find any number of such accounts, ranging from memoirs of explorers and expeditions to missionary chronicles, military reports, and even captivity narratives. Much the same is true for early Spanish contact with the great Mesoamerican and South American cultures, peoples such as the Aztec and Inca. Although these sources have their biases and distortions, they serve as windows into the lives and cultures of native civilizations. No such information, however, is available to the reader who is interested in the history of the Maya people. This ethnic group constitutes the third-largest body of native speakers (after Quechua and Nahuatl) in the Americas and includes more linguistic homogeneity than its larger counterparts.
The absence of edited and published ethnohistorical material becomes even more striking when we consider the historical importance of the people, the time, and the place. Yucatec Maya culture spanned what are today the Mexican states of Yucatán, Campeche, and Quintana Roo, with a significant presence in the state of Tabasco, northern Belize, and Guatemala. This macroregion was one of the more cohesive and less balkanized areas of Mexico following independence (1821). If the extent of the Yucatec Maya tongue had defined political geography, it would have resulted in the largest state in the early Mexican republic.
The Yucatec Maya region is even more significant because of the Castle War, the largest rural uprising in the history of nineteenth-century Mexico. This bloodletting began in 1847, continued for some twenty-five years, and then subsided into a highly successful Maya separatist movement that claimed most of what is now Quintana Roo until the early part of this century. The war brought international involvement, internal social changes, and messianic religious movements; generated much scholarly research; and captured the attention of the general public. However, we have little published material that allows us to read directly from contemporary sources regarding the nature of life before, during, and after this upheaval.
The protagonists and perspectives found in this book also have an importance that transcends the Maya region and even the nation of Mexico. The nineteenth century was a time when indigenous peoples throughout the world suffered from the creations and expansion of nation-states, the transition from public to private resources, the dramatic global dispersion of European peoples and culture, and a host of other stresses on preestablished ways of life. These themes run through the histories of the United States, Mexico, Canada, Australia, New Zeland, the PacificIslands, Southeast Asia, Africa, and virtually all of Latin America. The Yucatec Maya story provides one singularly well illustrated example of an indigenous peasantry’s attempt to cope with a world whose very foundation was shifting beneath their feet.
For all these reasons, I believe that an edited compilation of writings by and about the Yucatec Mayas is long overdue.A complete edition of all of the relevant letters, journals, reports, military dispatches, and newspaper articles would run into dozens of volumes and is probably impossible. Nevertheless, the selections contained here in include some of the era’s richest and most descriptive writings and will provide the reader with a panorama of the people, the time, and the region that played such a critical role in modern Mesoamerican history.
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