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A la letra un microanálisis de grafemas variantes en el maya yucateco actual


 

 
1. Introducción

Aunque el idioma maya yucateco (conocido por sus hablantes como ‘maya' y escrito así en el presente) ha tenido su alfabeto oficial por más de quince años, se encuentra bastante variación grafémica en su literatura1 . A la mayoría de los mayahablantes y lectores no les molesta la variación, y aunque la unificación alfabética se considera lo ideal, no hay esfuerzos serios hacia esa meta. Este artículo pretende describir la variación grafémica, incluyendo dónde y por qué ocurre, y argumenta que la teoría lingüística no necesariamente debería preceder los hábitos y preferencias de los hablantes. Argumentará también que, a pesar de los problemas que puedan suceder por la variación grafémica corriente, la evolución orgánica sin intervención del alfabeto maya es un enfoque razonable para el mantenimiento de este idioma maya.

    La sección dos presenta un fondo histórico; la sección tres aborda del alfabeto de 1984 (a continuación '84 ABC) y el proceso de adoptarlo. Las secciones cuatro y cinco describen las variaciones y sus porqués, y la sección seis presenta una vista de donde ocurre la variación en publicaciones y espacio público.

 

2. Fondo histórico

Actualmente, hay aproximadamente un millón de mayahablantes en los estados mexicanos de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, más algunas comunidades en Belice y Guatemala. El idioma ha tenido su forma escrita por más de un milenio. Se escribió con glifos antes de la llegada de los españoles. La alfabetización en esas épocas se consideraba una habilidad de las elites; sin embargo, como argumenta England, el uso común de textos esmeradamente escritos en muchos monumentos públicos sugiere que al menos la lectura habría sido una habilidad de más de unas pocas personas (Nora England, comunicación personal). Poco después de su llegada, los frailes españoles empezaron a enseñar el alfabeto latín a los hijos de las elites. Documentos en maya escritos con el alfabeto latín han existido desde la mitad del siglo XVI e incluyen materiales que acomodan culturalmente la dominación española —tales como testamentos y documentos notariales— y materiales que, de alguna manera, sirven para mantener la cultura y tradiciones en continuidad con las épocas prehispánicas, como los libros del Chilam Balam .

    Prácticamente todos los libros y códices se destruyeron en 1562 por los frailes, y aunque la tradición literaria maya disminuyó y se subvirtió, nunca se extinguió por completo. Hay indicios de que, a pesar de que los poderes coloniales interrumpieron y se apropiaron del idioma escrito para sus propias finalidades, el maya escrito siempre ha mantenido algún valor como fuente cultural para sus hablantes. El historiador literario Francesc Ligorred Pergamon (2000:342) marca el principio de la literatura maya moderna en la época de la Guerra de Castas, que empezó en 1847. Líderes militares se comunicaron entre ellos por toda la península a través de cartas escritas en maya; una compilación de 75 de estas cartas se publicó en una edición monolingüe en maya en 1996 (Dzul Polanco et al .).

    Varios diccionarios y gramáticas (maya/español) han sido producidos en los últimos 500 años; hasta hace poco, sus objetivos eran principalmente evangélicos o indigenistas (en el sentido tradicional de promover la asimilación cultural). Se escribieron estos materiales con varios alfabetos y cada autor confeccionó su propia manera de representar los sonidos de la lengua maya, pero no en español. Ahora, desde 1970, está ganando prestigio el concepto de la alfabetización y literatura maya por sí mismo, adoptándose el primer alfabeto oficial en 1981, y modificándose en 1984 al alfabeto corriente (ABC '84).

    Un puente entre el maya escrito como un medio de asimilación por un lado, y por otro, como una herramienta de revalorización y mantenimiento, fue formado por el lingüista yucateco Alfredo Barrera Vásquez y sus colegas, quienes fundaron la Academia de la Lengua Maya en 1939 y establecieron y fomentaron un alfabeto fonético (Salomón Osorio 1941). También, en 1939, Paulino Novelo Erosa fundó la revista Yikal Maya Than con el objeto de “hacer que el idioma de los que hicieron las ruinas, ruinas que demuestran la grandeza de su raza, tengan un resurgimiento” (1940:5). La revista se publicó mensualmente durante dieciséis años; el español fue su idioma principal, pero cada ejemplar llevó cuentos o poemas en maya. De esta manera, se puede concluir que la tradición maya literaria, aunque dañada y reducida gravemente por los cinco siglos de contacto europeo y dominación colonial, ha mantenido su continuidad. Si bien se cambió el sistema de escritura de glifos por el alfabeto latín, y el alfabeto ha sido sujeto a estilos distintos y cambios tras las décadas, esa misma continuidad de la tradición literaria influye en la selección grafémica de muchos escritores mayas.

    En 1974, Barrera Vásquez se embarcó en un proyecto para editar un diccionario de maya con el propósito de que fuera el definitivo y de conjunto. El diccionario se publicó en 1980 y constituye un compendio de todos los diccionarios y vocabularios desde el siglo XVI, más una docena de fuentes contemporáneas. Su objetivo, según Barrera, fue el dotar de una herramienta para descifrar los glifos y documentos de la época colonial (Barrera Vásquez 1977:82). Este diccionario influyó mucho en el proceso de adoptar el ABC '84. Por eso, se puede inferir que no pocas personas leían y escribían en maya durante todo el siglo XX, a pesar de que el idioma escrito no tenía mucho prestigio ni literatura abundante. Dado este contexto —el maya escrito sí existía y sus lectores lo reconocían de tal modo que lo querían proteger— se puede entender bien la resistencia de muchos hablantes a los cambios del alfabeto en 1981 y 1984 como la variación grafémica que sigue.

 

3. El alfabeto de 1984

El ABC '84 fue adoptado por un consorcio de dependencias del gobierno más una asociación civil (Academia de Lengua Maya, A.C.). Este alfabeto se modificó ligeramente con respecto del alfabeto anterior de 1981, lo cual se adoptó similarmente.2 En las reuniones se cambió un puñado de grafemas de consonantes, pero ninguno fue de innovación; todos los grafemas ya habían sido usados en periodos distintos, alternando con grafemas anteriores. El nuevo alfabeto fue hecho con la intención de ser usado para todo el maya escrito, con dos excepciones: no se obligaba a cambiar materiales ya existentes, y no se obligaba a cambiar los topónimos, apellidos, o nombres. El ABC '84 ha engendrado pleitos graves y no ha sido completamente aceptado por todos los mayahablantes. Los desacuerdos son de dos tipos:

    1) desacuerdo general que pone en duda la legitimidad del alfabeto y la autoridad de las dependencias que lo adoptaron, y 2) desacuerdo específico hacia uno o más de los grafemas. La oposición a cada grafema viene de personas y grupos diversos que presentan un surtido de argumentos —unos lingüísticos, unos sociopolíticos, otros sentimentales, y casi siempre una combinación de los tres — . En la sección siguiente se describe el proceso oficial de la adopción del alfabeto y se demuestra cómo contribuye a la variación grafémica corriente.

 

3.1 Las reuniones de la adopción

Las reuniones para la adopción del ABC '84 fueron convocadas por el Instituto Nacional para la Educación de Adultos (INEA); solamente invitaron a delegados del estado de Yucatán, a pesar de que hay bastantes mayahablantes en los otros dos estados de la península yucateca. Es preciso señalar que durante las reuniones se cambió la intención, ocasionando que los participantes no concluyeran con la meta que iniciaron. Según la memoria de las reuniones, la cual puede presumir de ofrecer una vista favorable al proceder, la intención que expresó la convocatoria fue para definir un alfabeto para el uso en los materiales didácticos de su nuevo programa de alfabetización (INEA 1984). Participantes de otras instituciones ampliaron la misión de las reuniones y proclamaron su meta de definir el Alfabeto Oficial para el uso de todos. Se sugirió que la reunión se considerara una extensión de la reunión de 1981, la cual tenía el propósito explícito de adoptar un alfabeto oficial universal. Dos participantes se opusieron, pero fue en vano.

    Todos los delegados a la reunión asistieron como representantes oficiales de sus instituciones; pero no todos eran mayahablantes y menos aún mayas. La lingüística y los lingüistas influyeron en las exposiciones, y existía un fuerte fervor para continuar con la herencia de Barrera Vásquez, quien falleció en 1980; don Alfredo, lingüista y yucateco muy estimado, adoptó un enfoque científico al mantenimiento del idioma por muchos años y prestó mucho prestigio y credibilidad a la disciplina. Dos de los participantes habían trabajado con Barrera, y se recordó frecuentemente su nombre. Sin embargo, dos de los seis delegados que presentaron sus ponencias en la reunión, discutieron acerca de la posibilidad de que las opiniones de los lingüistas precedan sobre las opiniones de los mayahablantes.

    José Tec Poot, jefe de la DGCP, habló varias veces durante las reuniones y mencionó su trabajo con Barrera Vásquez, pero concluyó su ponencia con la declaración de que la reunión no sería válida a menos que sirviera a la gente y no solamente a los lingüistas (INEA 1984:21). Hernán Morales Medina, coordinador regional del Instituto Nacional Indigenista (INI), declaró fuertemente que el alfabeto anterior ha funcionado perfectamente bien durante muchos años y que los problemas se causaron por polémicas entre lingüistas no indígenas, los cuales “resultaron una vez más en perjuicio para los indígenas” (INEA 1984:17).

    Por lo tanto, se observó que las reuniones del ABC '84 no aprovecharon el apoyo de todos los mayahablantes en todas partes de la península; una gran parte de la desaprobación al ABC '84 se debió a que se percibió que éstas fueron por y para lingüistas, sin el consejo de la gente. Aún cabe mencionar un punto más sobre las reuniones alfabéticas: que el maya escrito se utiliza no solamente en publicaciones, sino también en los topónimos y apellidos por toda la península, y esas palabras son visibles en varias maneras. El asunto de los nombres propios puede ser el factor más influyente en la variación corriente; precisamente su importancia motivó su exención del cambio ortográfico. Se abordó la cuestión en la reunión, e inmediatamente se rechazó.

 

4. Variación como desacuerdo con el '84 ABC

Pocos escritores y educadores mayas dejan constancia de su oposición al ABC '84; no se encuentran documentos publicados desafiando el alfabeto en su totalidad.3 Para esta investigación se llevaron a cabo entrevistas formales y pláticas con dieciocho profesionistas que incluyeron escritores, educadores y titulares institucionales, de los cuales unos todavía usan el ABC '84 y otros, no. Además, se llevaron pláticas informales con muchos mayahablantes y otros yucatecos interesados. Muchos de ellos aludieron a pleitos amargos que habían ocurrido sobre el alfabeto. Varios repitieron su percepción de que el alfabeto se concibió por y para lingüistas.

    Muchos creen que solamente la gente mayahablante debería definir su alfabeto, y creen además que ningún grupo o congreso, sin reparar en su composición, podría establecer un quórum legítimo para tomar decisiones autorizadas sobre el alfabeto. Ellos mismos demandan que el alfabeto maya se defina mediante una evolución orgánica y democrática, a largo plazo. De hecho, la mayor parte de los mayahablantes entrevistados —los escritores y los no escritores— no tienen ninguna confusión y están cómodos con la variación que se encuentra; para ellos, no hay ningún problema.

    La desaprobación en general hacia el ABC '84 no se distingue fácilmente, a diferencia de desacuerdos específicos con uno o más grafemas, lo cual se observa en el uso de grafemas variantes. Como se argumentará a continuación, la selección de los grafemas «tz, dz»4 podría ser emblemática, en unos casos, de oposición general al ABC '84. Algunos materiales publicados desde 1984 utilizan un alfabeto anterior, lo que da la impresión de que sus autores ya escribían anteriormente y seguían usando el sistema conocido y cómodo. Dichos materiales corresponden generalmente a periódicos o revistas, con distribución relativamente limitada.

    Como se observa, aun la memoria publicada de las reuniones de 1984 demostró alguna oposición al proceder. Se puede argumentar que cualquier oposición que aparece en este documento, pese a su gran interés por presentar el alfabeto y su procedimiento muy positivamente, ha de representar sólo una fracción de la oposición que existe en la comunidad mayahablante.

    Además del desafío a la autoridad y legitimidad del ABC '84, hay escritores que se resisten a los cambios por lealtad a una tradición cultural. Se imbuyen en los grafemas anteriores la identidad cultural, y muchos hablantes y escritores los perciben “más mayas” que los nuevos. Se impone también la estética; unos prefieren como se ven los grafemas anteriores (como explico a continuación, unos grafemas cambiaron bastante y otros no). Otros más, específicamente gente de avanzada edad, dicen que no les gusta tener que “desaprender” lo que les costó tanto trabajo asimilar hace años .

 

5. Variación de grafemas específicos

Esta sección enfoca los nueve grafemas consonantales que cambiaron en 1981/1984 y sus variantes más comunes. La variación es principalmente una cuestión de la preferencia entre grafemas; con los sonidos propios, menos uno, no hay debate. Conviene comenzar con una descripción breve del sistema de vocales mayas; no obstante, la variación vocálica no es cuestión de preferencia entre grafemas, sino asunto de establecer criterios para definir la ortografía.

 

5.1 Vocales

Los grafemas básicos para las vocales «a, e, i, o, u» no son controversiales. El maya se distingue entre vocales largas y cortas, y también entre tonos, como se ve en el ejemplo (1); «a» es vocal básica, «aa» es vocal larga, y «áa» es larga más tono alto (generalmente se considera que tono alto sólo ocurre con vocales largas, aunque podría ser excepciones regionales muy limitadas).

(1) chak chaak

cháak

 
      rojo sancochar                lluvia
(CDAM 1984:8)

    Además, el cierre glotal participa con vocales para formar vocales rearticuladas, las cuales se representan como «a'a», y vocales cortadas (conocidas como ‘vocales glotalizadas'), las cuales se representan «a'» como se ve a continuación (2).5

(2) cha'ak cha'  
      sagú chicle

(CDAM 1984:8)

    El ABC '84 marca estas cinco formas distintas. Anteriormente, en la escritura maya, a veces se representó la largura vocal y más raramente se representó el tono. Aunque hay algunos escritores y educadores mayas que creen que el sistema vocálico es súper especificado y otros que creen lo contrario (agregarían el «á», por ejemplo), el desafío principal con las vocales no es con los grafemas, sino con decisiones ortográficas en dos ejes: la representación (o no) de variación regional de largura, tono, y/o rearticulación, y la representación de reducciones fonológicas que se encuentran frecuentemente en el habla.

 

5.2 Consonantes

La Tabla 1 muestra el inventario fonémico de consonantes mayas, escritos con el ABC '84. El maya cuenta con siete fonemas que no ocurren en español —cinco eyectivos sordos, más conocido como consonantes glotalizadas, más el «x» (/ s‡ /) y el africado alveolar «ts» — ; además, unos mayahablantes perciben que el fricativo glotal sordo de maya /j/ es distinto de lo del español.

 

 

Labial

Alveolar

Palatal

Velar

Glotal

Oclusiva

 p    b

t

 

k

'

Fricativa

 

s

x

 

j

Africada

 

ts

ch

 

 

Glotalizada

 p'

t'   ts'

ch'

k'

 

Nasal

 m

n

 

 

 

Lateral

 

l

 

 

 

Semivocal

 w

 

y

 

 

Tabla 1: Consonantes mayas en el 1984 ABC

 

    El ABC '84 adoptó oficialmente nueve grafemas de consonantes que varían de los anteriores —a saber, el grafema que representa el fonema del oclusivo velar sordo «k» (anteriormente «c»), el africado alveolar sordo «ts» (anteriormente «tz»), el fricativo glotal sordo «j» (frecuentemente «h»), y los cinco fonemas glotalizados (anteriormente, «pp, th, k, dz, chh») ¾ . Además, anteriormente se veía con frecuencia el grafema «u» para representar el semivocal /w/, aunque se veía también el «w». Las modificaciones ya se usaban en publicaciones, sobre todo, en las obras de Alfredo Barrera Vásquez (menos el «j»).

    La Tabla 2 muestra los grafemas más corrientes de las primeras décadas del siglo XX, los cambios normalizados en 1984 y los que siguen con variación. Menos la variación de «h~j» (detalles a continuación), la variación de consonantes es simplemente una cuestión de selección de grafemas; no hay ninguna discusión con respecto de los sonidos. La aceptación de «p', t', ch'», por lo que sepa la autora, ha sido universal y sin polémica; desde antes de 1981 estos grafemas se empleaban frecuentemente.

 

Anterior

ABC '84

Variación corriente

pp

p'

 

th

t'

 

c/k

k/k'

k ~ c; k' ~ k (raro)

tz/dz

ts/ts'

ts ~ tz; ts' ~ dz, ds

chh

ch'

 

h

j

j ~ h

u

w

w ~ u

Tabla 2: Grafemas cambiados y variantes

 

    La distribución de los grafemas variantes no es igual; pocos escritores usan el grafema «h» en vez del «j», y menos el «u» en vez del «w». Rara vez se encuentra el «c» (para /k/) y «k» (para /k'/). La variación más corriente es la del «ts'» y el «dz» (al menos un escritor usa el «ds»); los que usan el «dz» usan también el «tz» (o «ts») para el africado sencillo. Aunque sean minoría los escritores del «dz», su influencia —medida en la visibilidad y disponibilidad de sus escritos ¾ es significativa. En resumen, se encuentran solamente seis grafemas en variación, y cabe mencionar que entre los autores que usan grafemas no del ABC '84, casi todos usan nada más una o dos de las variantes. No hay una escala de implicación para las variantes con excepción de que todos los escritores que usan el «u» para la /w/ usan el «dz» también. La sección que sigue enfoca los grafemas (en orden ascendente de su frecuencia de uso).

 

5.2.1 «c/k› ~ ‹k/k'» La variante «c» aparece rara vez en publicaciones y se ve principalmente en letreros comerciales, hasta, a veces, en negocios que seguramente abrieron desde 1984, por ejemplo, un café de Internet en Mérida, Coox Ximb@ (traducido vagamente, ‘vamos a pasear'). 6Los que usan la variante «c» usarían la «k» para el sonido homorgánico glotalizado; no se ven ejemplos de esta variación que estén escritos claramente a propósito y no como simplemente un asunto de hábito inconsciente (de los cuales sí se ven de vez en cuando). La variante «c» es rara y aparece principalmente en palabras o frases sueltas que no muestran un alfabeto completo; sus argumentos son para conjetura. Es posible que su uso sea por estética y tradición, y posiblemente por hábito.

5.2.2 «h› ~ ‹j» Varios hablantes y escritores (Máas Collí 1999, por ejemplo) presentan el argumento de que el sonido que se representa por la «j» en el ABC '84 (usualmente [h]) no es igual como el sonido de español (frecuentemente [x], pero en Yucatán se pronuncia más [h]), la cual que se representa con el mismo grafema, por eso no debería usarse el mismo grafema. Se condujo a la autora por una prueba informal con unas doce personas bilingües (maya/español), con el casi par mínimo de los dos idiomas, como en el (3); la secuencia de presentación varía sin orden.

(3) junto (español)   juntúul (maya)
                                  un.animado

    Unos hablantes contestaron (después de una reflexión tal vez excesiva) que el fricativo español fue “más fuerte”; la mayoría afirmó que no hubo ninguna diferencia, y algunos fueron rotundamente ciertos en sus conclusiones. Algunos escritores más usan el «h», no se sabe si es por razones fonéticas o si se motivan por tradición o estética.  

5.2.3 «u› ~ ‹w» Pocos escritores usan el grafema «u» para el fonema /w/. El /w/ tiene una distribución en el idioma que es aproximadamente normal entre los fonemas, pero se destaca especialmente por su inserción fonológica al principio de verbos o sustantivos que empiezan con una vocal, cuando esas palabras se preceden por un pronombre del Juego A (ergativo o posesivo) de la 1ª persona singular o 2ª persona, lo cual se encuentra frecuentemente en el idioma. El (4) muestra ejemplos representativos con las dos variantes en una frase verbal y una frase nominal, respectivamente.

(4) kin wilik ~ kin uilik         a watan ~ a uatan
Lo veo.                                   tu esposa

    Muchos de los que usan la variante «u» son socios y/o están relacionados con un grupo de escritores en Calkiní, Campeche; poesías escritas por varios de ellos ha aparecido en varias publicaciones, incluyendo el diario Por Esto! , con distribución en los tres estados mexicanos de la península (Canché Cob 1993, por ejemplo). Se entiende que los que usan el grafema «u» se identifican más con ese y perciben como extrañas las palabras escritas con el «w». Estos escritores se encuentran entre los muchos que usan el «dz», lo cual se describe a continuación.

5.2.4 «tz/dz› ~ ‹ts/ts'» Los africados alveolares —simples y glotalizados— han sido los fonemas más problemáticos para representar gráficamente durante todos los cinco siglos del uso del alfabeto latín. Se emplearon un gran surtido de grafemas para representar ese par de sonidos; el más común durante el siglo XX fue el «tz/dz». Se sabe de un escritor actual que usa el «ts, ds» (Canché Xool 1995). Muchos de los que utilizan el «dz» usan para el africado simple el «tz» y otros el «ts». Esta variación no parece causar ninguna confusión, y probablemente los lectores apenas se fijen. Un escritor explicó que los «tz, dz» aparecen en muchos topónimos y apellidos y que a la gente le es familiar y conoce esas letras. Otro escritor maya admitió que a él le gusta el par «tz, dz» por razones de identidad cultural y por estética, pero se siente obligado por su cargo institucional a cumplir con el ABC '84 en sus escritos.

    Un representante de una institución que dirige varios proyectos de publicación y otros relacionados con el idioma maya sostiene que los grafemas «tz, dz» son los más corrientes de los cinco pares que representan sonidos simples y glotalizados, y por eso son más sobresalientes y la gente tiene mas resistencia para cambiarlos. Su afirmación de la frecuencia de los grafemas se analiza a continuación. Algunos de los defensores más fuertes de la evolución orgánica y democrática hacia la unidad del alfabeto también usan el par «tz, dz». Por su prominencia y su uso por parte de los defensores de la evolución gradual, se puede concluir que el uso del par «tz, dz» es emblemático de la identidad cultural maya y/o la resistencia sociopolítica al ABC '84.

    Una perspectiva interesante se presentó por SEG7, mayahablante nativo que vive actualmente en Mérida. Él no está involucrado de ninguna manera con el oficio de escritor ni publica materiales, pero es defensor apasionado de su idioma. La educación formal que él recibió en su pueblo fue exclusivamente en español, pero durante el cuarto grado de primaria, narró SEG, su maestro subrepticiamente le enseñó la escritura y la gramática maya, y le proporcionó material para leer; dada su edad actual, 71, lo anterior sucedió entre los años 1937-1942. Insistió enfáticamente que el ABC '84 es equivocado por completo , y explicó que la d en el dígrafo «dz» es lo que empuja la z (así produciendo el eyectivo); una t simplemente no serviría. Su respuesta es muy valiosa por ser él un apasionado de su idioma y es muy comprensible y estimable dadas las circunstancias de la adquisición de su conocimiento; valdría la pena hacer una investigación psicolingüística de su percepción.

5.2.5 Resumen La Tabla 3 proporciona un resumen de los grafemas variantes y las razones principales para la variación. Las variantes «c, k» son las menos usadas, y a éstas le prosiguen la «h» y la «u». Como se notó antes, «tz, dz» son las variantes más usadas; «dz» es especialmente prominente por ser muy distinta, pues la letra d no aparece en ningún otra parte del idioma, y la z aparece solamente en el dígrafo «tz». El único dígrafo de más, el «ch», no es notable por su frecuencia en el español. Además, el «dz» es el único grafema que se cambió en trígrafo, «ts'», con el ABC '84; el otro, «ch'», anteriormente «chh», ya estaba en trígrafo.

    La fuerza del hábito puede ser un factor en cualquiera de las variantes, aunque los escritores que usan la «dz», por ejemplo, no fallan en usar la «j», y viceversa. Es más probable que los escritores que utilizan solamente uno o dos grafemas variantes, es decir, casi todos los que no usan el ABC '84 por completo, están seleccionando esos grafemas específicos con conciencia.

    La distinción fonética participa sólo en un caso, el del «h»; con todos los demás, los motivos más probables son por tradición y estética. La resistencia política y la afirmación de la identidad cultural maya tiene algo que ver en el uso del «tz, dz», al menos por algunos escritores.

'84 ABC

Variantes

Razones para la variación

k/k'

c/k

tradición, estética

j

h

distinción fonética

w

u

tradición, estética

ts/ts'

tz/dz

tradición, estética,
resistencia política

Tabla 3: Grafemas variantes y razones para su uso 

6. Donde se encuentra la variación grafémica

Además del quién, qué y por qué de la variación grafémica, importa también el dónde para cumplir un retrato del maya escrito. Hay una tendencia a considerar que el idioma escrito es algo que se encuentra principalmente en hojas de papel —libros, revistas, periódicos, panfletos, etcétera —. A pesar de lo que sabemos del poder y efecto de la propaganda comercial, frecuentemente damos por entendido las palabras escritas en espacios públicos y no las reconocemos por su influencia lingüística. Se puede argumentar que esas palabras y frases sí tienen mucha influencia psicológica y pedagógica, especialmente en lugares como el medio rural de la península de Yucatán, donde la literatura escrita, especialmente en el idioma maya, no está siempre disponible. A continuación se presenta un breve repaso de dónde y en cuáles formas se encuentra el maya escrito.

 

6.1 Maya escrito en espacios públicos

Especialmente significativo es el hecho de que el maya escrito no se encuentre solamente en publicaciones, sino en los topónimos y apellidos por toda la península, y esos nombres son visibles en espacios públicos de varias maneras. El asunto de los nombres propios podría ser el factor más importante en la variación grafémica; las reuniones de 1984 no consideraron en serio la posibilidad de ordenar un cambio ortográfico en el futuro para los nombres propios, tal vez por las complicaciones legales y/o la resistencia posible de parte de la gente.

    No hay datos compilados sobre la proporción de la población yucateca con apellidos mayas, pero un repaso informal de los carteles omnipresentes para campañas de elecciones municipales (los cuales están pintados en paredes y farolas y frecuentemente siguen puestos y legibles hasta la siguiente elección) muestra que la mayoría de los candidatos de los tres partidos más populares lleva al menos uno y/o frecuentemente dos apellidos mayas. De hecho, estos carteles son las muestras más visibles del maya escrito en espacios públicos.

    La península también tiene una mayoría de topónimos mayas. Los nombres de los pueblos no se ven solamente en los letreros ubicados en sus entradas, sino también en las pancartas de destino de miles de camiones y taxis. También son visibles en los carteles para fiestas locales, los cuales son pegados lado a lado y por docenas en las paredes de comercios y otros lugares públicos. De los 106 municipios en el estado de Yucatán, 97 llevan nombres mayas. De esos 97 nombres, 66 llevan grafemas distintos de los del ABC '84. De esos 66, 11 llevan el grafema «dz» y dos el «tz». En un alfabeto con diecinueve grafemas de consonantes (menos el saltillo), la proporción es significativa. Sin embargo, cuando se considera solamente el primer grafema, el más prominente de todos, el «dz», no toma el primer lugar. Los nombres de 25 municipios empiezan con «t», 11 con «s», nueve por cada uno de «c», «ch», y «m»; el «dz» sigue con siete municipios. No se sabe si la afirmación ya mencionada sobre el «dz» (vea §5.2.4) es precisa, pero seguramente ese grafema es prominente.

    Además, frecuentemente se ven formas distintas para deletrear un solo topónimo. Por ejemplo, en Valladolid, una ciudad en Yucatán conocida también por su nombre maya, Saki', puede verse escrito el mismo nombre en letreros o pancartas como: Zaci', Saci', y más, prácticamente en toda combinación posible que alternen el «s» y el «z», el «c» y el «k», y el «i» sin y con su apóstrofo. Se puede argumentar que estas variantes tan corrientes y visibles condicionan a los mayahablantes a que sean cómodos con y tolerantes de la variación en el idioma escrito.

 

6.2 Maya escrita en las publicaciones

La mayor parte de las publicaciones mayas desde 1984 emplean los grafemas del ABC '84, y como ya se ha notado(vea §5.2), aun las obras que no usan todos los grafemas emplean dos o tres grafemas variantes. Por razones sociales y económicas, muchos proyectos de publicaciones reciben algún tipo de apoyo gubernamental y frecuentemente se producen publicaciones con el apoyo de tres o más dependencias del gobierno. Parece que algunas instituciones tienen su política respecto del alfabeto y otras, no. Puesto que la variación grafémica es un hecho sencillo de la vida, los editores, productores e instituciones a menudo no toman decisiones editoriales sobre el alfabeto, permitiendo cada cual su preferencia. Parece que la única editorial comercial que publica literatura maya, Editorial Maldonado, también emplea la misma política. Muchos de los que se comunicaron con la autora del presente trabajo dijeron igual: la prioridad es promover que la gente lea, escriba y publique; cuestiones del alfabeto y la ortografía se resolverán por sí mismas, con el tiempo, y no debemos preocuparnos por eso.

    Se usa el ABC '84 para todos los materiales didácticos producidos por la SEP, en los ámbitos estatal y federal, en los grados de primaria y secundaria (aunque se preparan pocos materiales para la secundaria). De hecho, es una obligación usar el ABC '84, y todos los representantes de la SEP que fueron entrevistados para esta investigación son fuertes partidarios del alfabeto. El INEA, Instituto Nacional para la Educación de Adultos, también usa el ABC '84. Por otro lado, los materiales apoyados o publicados por la Dirección General de Culturas Populares, rama cultural de la SEP, emplea frecuentemente el «tz, dz». La Academia Municipal de la Lengua Maya, denominada Itzimná, patrocinada por el Ayuntamiento de Mérida y que da clases de maya a estudiantes y profesionistas, usa el ABC '84 como parte de su política, pero pide a los maestros que expliquen los grafemas variantes a sus alumnos a fin de que puedan leer cualquier material que encuentren.

    El Instituto Nacional Indigenista (INI) participó en las reuniones de 1984 y se comprometió en ese año a usar el ABC '84. El INI apoya un gran volumen de proyectos de publicación. Entre todas las dependencias involucradas en el área de publicaciones, el INI es la institución más grande que no obliga a sus autores a usar el ABC '84. Algunas publicaciones que recibieron apoyo del INI utilizan el ABC '84 y otras no. Una excepción notable de esa política no intervencionista es la serie prestigiosa de Maya Dziibo'ob Bejla'e'/Letras Mayas Contemporáneas , coordinado por Carlos Montemayor y producido como proyecto conjunto del INI y la Sedesol (dependencia federal para el desarrollo social). Se publicaron tres juegos en serie; el primero y el tercero, de 40 y 15 títulos respectivamente, se dedicaron a obras mayas en ediciones bilingües (maya/español) o en ediciones de pares —uno en maya y el otro en español—8 . El segundo juego consta de 15 títulos, de Chiapas, con el mismo formato. La serie presenta una colección de cuentos, poemas, historias, oraciones, descripciones, biografías y más, escritos por una variedad de autores de diversos orígenes. Cada ejemplar fue editado y producido con diseño y formato uniforme y para ser, obviamente, parte de un juego. Todas las ediciones mayas usan los grafemas del ABC '84 menos el «tz, dz» par. Dada la variedad de autores y la uniformidad del alfabeto, se puede concluir que hubo una política editorial para la serie completa.

    Cabe mencionar otras publicaciones que cuentan con apoyo institucional y que usan variantes distintas del ABC '84. Casi todas las publicaciones de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) llevan el ABC '84, menos los libros de la antropóloga Hilaria Máas Collí, que usan el grafema «h». Los materiales de la programación y promoción de Radio Xepet, una radiodifusora comunitaria en Peto, Yucatán, que recibe apoyo del gobierno estatal, usan la «tz, dz». Un ejemplo más es un cartel bilingüe (maya/español) producido en 1994 por el IFE (Instituto Federal Electoral), promocionando la nueva credencial para votar. El cartel usa el grafema «u» y el par «tz, dz», y a pesar de que fue de corta vigencia, su publicación por parte de una dependencia federal tan prominente prestó un prestigio a su forma de escribir. La variedad de estas obras y el estatus de sus patrocinadores institucionales da más evidencia para el argumento de que los escritores y lectores de maya están cómodos con la variación grafémica.

    Las publicaciones no otorgadas por instituciones usan grafemas variantes en proporción aproximadamente igual a las otorgadas. Existen periódicos de distribución limitada—años atrás existieron también—, con ediciones bilingües generalmente; cada autor usa el alfabeto de preferencia. Este patrón se mantiene con los poemas y cuentos cortos que aparecen esporádicamente en los diarios de la península. La variante más corriente en todos es la «tz, dz».

 

7. Conclusión

El presente trabajo ha descrito el quién, el qué, el dónde y por qué de la variación grafémica corriente en el idioma maya. Puede argumentarse que con esta variación hay tres aspectos que se detallan a continuación: primero, debido a una larga y continua tradición de escritura, hay bastantes lectores y escritores de maya que no solamente conocen el alfabeto anterior, sino lo identifican —al menos en parte— como artificio auténtico cultural y sienten lealtad por él. Segundo, debido a una larga y continua tradición de resistencia política a la dominación colonial y engaños gubernamentales, muchos mayahablantes no confían en las decisiones, programas, o instituciones del gobierno y sus dependencias. Tercero y, finalmente, tal vez lo más importante, la prominencia de topónimos, apellidos y otros nombres mayas en espacios públicos y particulares mantiene que los grafemas variantes son muy visibles y sancionados positivamente. Esta visibilidad podría ser el factor principal para reforzar y fomentar no solamente la variación sino la comodidad con ella por parte de los mayahablantes.

    En fin, el ideal valioso de un alfabeto unificado no consiste en el costo de lograrlo en algunos casos, y como un educador y escritor explicó bien, una reunión más para resolver los problemas alfabéticos, a pesar de qué tan democrático fuera el proceso, resultaría en una versión más en vez de menos. La manera preferida para desarrollar y mantener el maya escrito en este momento, como explicaron muchos hablantes y escritores, es estimular a todas las personas posibles para leer y escribir, de tal manera y como sea.

 

Agradecimientos

Como autora, quiero dar las gracias a mis compañeros de entrevistas y pláticas, a mis colegas, maestros y amigos de Yucatán, por su sabiduría, calidez, generosidad y paciencia ilimitada. También expreso especialmente las gracias a mis asesores Dr. Keith Walters y Dra. Nora England de la Universidad de Texas en Austin. Agradezco enormemente al ingeniero Mucuy Kak Moó Marín por la revisión y corrección de la traducción del inglés y por mucho, mucho más. Muchas personas contribuyeron con información y consejos para la investigación; sin embargo, los errores que aquí se presentan son completamente mi responsabilidad. La investigación fue parcialmente otorgada por la Faculty Sponsored Dissertation Grant del Lozano Long Institute of Latin American Studies de la Universidad de Texas en Austin.



Departamento de Lingüística, Universidad de Tejas en Austin
Mtra. Michal Brody, julio 2002
brody@mail.utexas.edu Regresar

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