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Tiempo de los itzáes y de los Cocom:
una interpretación de la historia
del Postclásico 1

Tsubasa Okoshi Harada


 
1. Introducción

Los itzáes y los Cocom, grupos protagonistas en la historia de los mayas peninsulares del Postclásico, serán analizados en este estudio. El análisis se enfocará especialmente en los tiempos que manejaban los itzáes. Es bien sabido que este grupo repetía periódicamente sus migraciones de un lugar a otro, las cuales están registradas en los libros de Chilam Balam. En tanto que los Cocom, aunque casi no son mencionados en los documentos mayas coloniales, trataron de dejar huella en los escritos de los españoles, siendo que algunos miembros de esta estirpe trabajaron como informantes para los conquistadores. Así nosotros podemos utilizar varias fuentes históricas escritas tanto por los mayas yucatecos como por los españoles para reconstruir la historia del Postclásico en torno a estos dos grupos mayas.

    En los documentos escritos en maya yucateco podemos encontrar datos concernientes a la "historia" vista por los indígenas, quienes narran principalmente los "acontecimientos relevantes" que sucedieron antes y después de la invasión española. Por otra parte, cuando los españoles escribieron la historia indígena, en la mayoría de los casos emplearon informantes mayas, quienes, aprovechando esta oportunidad, trataron de alabar su propio linaje ante los europeos para gozar de ciertos privilegios en el nuevo régimen. En esos "testimonios" registrados, sin duda alguna, tenemos que admitir la presencia del concepto autóctono maya sobre la "historia". Dicho de otra manera, no podemos interpretar estas fuentes históricas de manera literal e ingenua, ya que están escritas con base en una lógica ajena a la nuestra.

    Así pues, para comprender la lógica de los movimientos cíclicos de los itzáes y el significado de la presencia de los Cocom que intervinieron hasta dos veces en la historia itzá, en este trabajo analizaré los textos mayas y españoles coloniales guiándome por los siguientes pasos: i) la interpretación de los simbolismos de las palabras claves que se encuentran en el mensaje "superficial" de los textos y ii) la esquematización de la cosmovisión empleada por los amanuenses indígenas para intentar obtener el posible mensaje estructurado, el cual es, en muchos casos, totalmente ajeno al mensaje "superficial" al que llegamos tras la simple lectura del texto.

 

2. Los tiempos los itzáes y su relación con los Cocom
2.1 La interpretación literal

Como primer nivel de análisis voy a presentar en forma esquematizada la historia del Postclásico tal como aparece en los textos mayas coloniales.

Katún 8 Ahau (415-435)
    Un grupo se estableció en Siyan Can Bakhalal, actual Bacalar.

Katún 2 Ahau (475-495)
    60 años después, hacia finales de este katún, este grupo se dividió en dos partes y una de ellas se dirigió hacia el norte, en donde "descubrió" Chichén Itzá.

Katún 8 Ahau (672-692)
    Se fueron a Chakanputún, actual Champotón, tardando 40 años en llegar.

Katún 8 Ahau (928-948)
    Los itzáes se dirigieron a Chichén Itzá "bajo los árboles, bajo la maleza y bajo los bejucos sufriendo"; y en el Katún 4 Ahau (968-987), es decir 40 años después, llegaron a su destino.

Katún 8 Ahau (1185-1204)
    Hunac Ceel Cauich de la casa cocomina, usurpador de la gubernatura de Mayapán, conquistó Chichén Itzá. Los itzáes de este sitio se dividieron en dos grupos y uno de ellos se fue a Tayasal del lago de Petén Itzá.

Katún 4 Ahau (1224-1244)
    40 años después los itzáes que quedaron en Chichén Itzá atacaron Siyan Can Mayapán, como venganza por lo que les habían hecho.

Katún 8 Ahau (1441-1461)
    Mayapán fue abandonado y los itzáes se dirigieron a Tayasal, Petén Itzá.

Katún 8 Ahau (1697-1717)
    Tayasal fue conquistado por los españoles.

 

2.2 Interpretación simbólica y el posible mensaje estructurado

Al revisar esta historia narrada en los documentos mayas, nos percatamos de un claro patrón cíclico en la migración basado en la Cuenta Corta. Por ejemplo, en cada Katún 2 Ahau se establecían los itzáes en un sitio y en cada Katún 8 Ahau lo abandonaban. Aunque no sabemos a ciencia cierta si realmente este grupo repetía la misma historia cada 260 años, al menos se considera que los amanuenses mayas quisieron que esa fuera su historia. De hecho, Nancy Farriss (1985: 55) asienta que las historias proféticas de la cuenta de los katunes ofrecían el modelo o código maestro no solamente de las acciones humanas, sino también para las acciones humanas. Por lo tanto, se puede decir que nos estamos enfrentando con la "historia" cíclica estructurada de acuerdo con el "código maestro" maya y de ninguna manera con la "historia" lineal, la cual prevalece en el mundo occidental.

    Ahora bien, en primer lugar nos percatamos de que al inicio de cada ciclo katúnico los itzáes siempre pasan dos katunes (40 años) o tres (60 años) en camino al lugar donde van a establecerse. Por ejemplo, un grupo itzá llega a Bakhalal, y permanece 60 años en dicho sitio para posteriormente dirigirse a Chichén Itzá, y cuando sale de Chakanputún van a pasar 40 años "bajo los árboles, bajo la maleza, bajo los bejucos sufriendo" (Barrera Vásquez y Rendón, 1948: 61). Además, 40 años después de la caída de Chichén Itzá los itzáes realizan una venganza contra Hunac Ceel de Mayapán para establecer su poder en este sitio. Todo parece apuntar que estos dos o tres katunes eran un indispensable periodo que pasar antes de establecer su poderío en un nuevo centro político ceremonial.

    De acuerdo con Nancy Farriss, el tiempo cíclico manifestado por la rueda katúnica representa el orden cósmico mismo (1985: 52), puesto que el cosmos necesita renovar periódicamente su propia vida. Asimismo Eliade asienta que un ciclo cósmico tiene una 'creación', una 'existencia' así como un 'retorno al caos', y estos "retornos al caos" son una necesidad del universo que se muestran como un desequilibrio de fuerzas para dar lugar a un nuevo orden cósmico y con ello a otro periodo del mundo (citado en Sotelo Santos, 1988: 91). Dicho de otra manera, el cosmos mismo pasa el proceso de iniciación religiosa, por lo que es de suponerse que un ciclo katúnico, que representa el orden cósmico, también va a compartir dicho proceso iniciático. Entonces, dentro de los simbolismos de este proceso, el tardarse 40 o 60 años para llegar a establecer el dominio de un centro político ceremonial cobraría un significado importante. Es probable que esto se refiera a las pruebas que los iniciados, en este caso los itzáes, deben sufrir en el inframundo para renacer con la sabiduría y poder legítimo por el oriente en cada inicio del ciclo katúnico. Por ende, aquel pasaje que dice que los itzáes anduvieron "bajo los árboles, bajo la maleza, bajo los bejucos sufriendo" precisamente va a tener su propio sentido en este proceso iniciático que pasaban los itzáes. Si bien el ritual iniciático se ejerce a nivel individual, tenemos algunos casos en los cuales se aplicaba también a linajes dominantes para legitimar su poder político. Por ejemplo, los mitos de origen de los Xiu y los Canul registrados en el Códice Pérez y en el Códice de Calkiní respectivamente, comparten la misma estructura simbólica que tiene la iniciación religiosa: salen del poniente de Zuyúa (entrada al inframundo); pasan unas décadas vagabundeando (proceso indispensable en dicho mundo infraterrestre para obtener la sabiduría de las deidades), y llegan a ser gobernantes de algún sitio con el reconocimiento de la legitimidad de su poder político en el mundo terrestre. Así pues, todo parece indicar que los itzáes también empleaban la misma estructura iniciática para legitimar su poder político por cada ciclo katúnico en las tierras bajas del norte. Es en este sentido que el caso itzá no es aislado, sino que comparte el mismo rasgo cosmológico con los demás grupos mayas.

    Ahora revisaremos, en segundo lugar, el pasaje que aparece en los folios 4-9 del libro del Chilam Balam de Chumayel. Este texto menciona cada uno de los sitios donde se detuvieron los itzáes saliendo de Polé, actual Xcaret, hasta llegar a Chichén Itzá, su destino. Si interconectamos los topónimos mencionados en dicho texto en el orden del recorrido de los itzáes, obtendremos el siguiente mapa (véase el mapa). A simple vista, uno se percata de que la ruta del recorrido reconstruido toma el patrón del sentido contrario al del movimiento de las manecillas del reloj. Se sabe que este modelo es el equivalente horizontal de la diaria trayectoria vertical del Sol, "que se sigue al hacer referencia al espacio sagrado por excelencia, el cosmos" (Sotelo Santos, 1988: 67). Entonces podemos comprender que la ruta para llegar a Chichén Itzá mencionada en este texto se desarrolla en un espacio cósmico, donde los itzáes obedecen al ciclo katúnico = orden cósmico que tiene el proceso inciático como parte inherente. De tal manera, la historia de los itzáes es asimilada a la vida del cosmos y del Sol, que por ende tiene el propio ritmo o ciclo en sus cuatro etapas: nacimiento (o según Eliade, creación) relacionado con el oriente; crecimiento, apogeo y decadencia (o existencia) con el norte; muerte (o retorno al caos precósmico) con el poniente; pruebas y obtención de la sabiduría con el sur, y el nuevo ciclo comenzaría con el renacimiento (o nuevo orden cósmico) por el rumbo del oriente, todo lo cual se desarrolla en cada uno de los ciclos katúnicos. No obstante, para los itzáes era de primera importancia hacer hincapié en las etapas correspondientes al proceso de pruebas y legitimación, ya que el interés principal de los itzáes era demostrar tanto a sus contemporáneos como a sus sucesores la legitimidad cósmica de su poder que ejercían en los sitios elegidos como su sede político ceremonial por cada ciclo katúnico.

    No obstante, el análisis minucioso de los pasajes del Chilam Balam de Chumayel parece apuntar a una realidad más compleja. Me llama la atención el calificativo Siyan Can que está aplicado solamente a Bakhalal y Mayapán. Siyan significa: "edad o tiempo en que uno nació; hechizo o encantamiento; generación, linaje o ascendencia de donde uno viene; cuentos, pláticas y palabras de historias de sabios graves; sabio, prudente" (Calepino maya de Motul, I: 168). 2 Todas estas acepciones están íntimamente ligadas con los simbolismos del inframundo ('caos' precósmico y la muerte, el renacimiento y la iniciación) y del oriente (la vida y la regeneración). Por ello podemos deducir que los amanuenses mayas quisieron enfatizar la importancia cósmica de estos dos sitios donde nació e inició algo, quizás para legitimar el poder de los itzáes. Además, para reiterar esta idea los escribas mayas manejaron un paralelismo estructural relacionado con cada uno de estos sitios. Es decir, sesenta años después de establecerse en Bakhalal el grupo itzá se dividió en dos: uno permaneció en este sitio y el otro se dirigió hacia Chichén Itzá. Este esquema de segmentación se repite en el otro Katún 8 Ahau. Cuando Hunac Ceel Cauich de Mayapán conquistó Chichén Itzá, un grupo itzá abandonó esta capital para irse a Tayasal, en tanto que el otro permaneció en Chichén Itzá y 40 años más tarde se trasladó a Mayapán tras un contraataque.

    Todos estos elementos, así como lo discutido con anterioridad, parecen apuntar la posibilidad de que los itzáes manejaran dos niveles distintos de cosmos = tiempo, los cuales son: el "micro cosmos" de cada uno de los ciclos katúnicos con sus cuatro etapas de la "vida", y el "macro cosmos" que abarcaría tres ciclos katúnicos. Dicho de otra manera, en el "micro cosmos" podemos observar el ciclo iniciático y los simbolismos que tiene la trayectoria diaria del Sol en sus etapas cuatripartitas que representan el aspecto horizontal del universo. En tanto que en el "macro cosmos" vemos la réplica del universo en sus tres niveles verticales, que podemos denominar también como "gran ciclo katúnico", y tendría una duración de 769 años aproximadamente (256.44 años x 3 = 769.32 años). Este último se puede esquematizar, junto con los elementos que representan dentro del marco cósmico, de la siguiente manera:

Primer gran ciclo
i) Siyan Can Bakhalal / Chichén Itzá: cielo
ii) Chakanputún: tierra
iii) Chichén Itzá: inframundo

Segundo gran ciclo
i) Siyan Can Mayapán / Tayasal: cielo
ii) Tayasal: tierra
iii) ? : inframundo

    Si aceptamos este modelo, podemos explicar mejor los simbolismos que están encerrados entre las lineas de la historia de los itzáes. En primer lugar el por qué solamente Bakhalal y Mayapán aparecen mencionados con el calificativo Siyan Can. Esto se debe a que en ambos sitios "nació" (siyan) un nuevo gran ciclo y, además, cada uno de éstos está simbólicamente relacionado con el cielo (can). En segundo lugar, el significado simbólico de la segmentación del grupo itzá en cada inicio de estos ciclos katúnicos. Tal como lo dije anteriormente, el universo o cosmos tiene su propia vida, que requiere de una renovación periódica, por lo que el comienzo de un gran ciclo katúnico simbólicamente se equiparaba con la creación del mundo. Además, a través del Popol Vuh sabemos que en la creación del mundo participaban parejas llamadas, por ejemplo: Tzacol y Bitol, "el creador y formador"; Alom y Quaholom, "diosa madre y dios padre engendrador"; Tepeu y Gucumatz, entre otras (Popol Vuh, 1979). Entonces, es muy probable que al referirse a la segmentación itzá, los amanuenses mayas intentaran transmitir a los lectores la idea de los itzáes como creadores del mundo y por eso los dividieron en dos grupos a manera de las parejas mencionadas en la mitología de los mayas. Así, los itzáes cobraron la imagen no solamente de los que representaban el orden cósmico, sino también de los creadores del universo, con la finalidad de legitimar su poder ubicándolo dentro de la cosmovisión y cosmogonía maya.

    Ahora bien, con respecto al segundo gran ciclo katúnico, nunca se completó debido a la conquista española suscitada en 1697. Existen evidencias de que algunos miembros de la nobleza pertenecientes a la nación itzá consideraban que su tiempo iba a perdurar más. Por ejemplo, fray Andrés de Avendaño y Loyola registra las palabras de un cacique Couoh que le decía "con bastante cólera [...] ¿y qué importa que se haya cumplido el tiempo de que seamos cristianos si no se le ha gastado a mi lanza de pedernal esta delgada punta que tiene?" (Avendaño y Loyola, 1696: 36r). En la voz de este cacique podemos escuchar el rechazo total al cristianismo cuando todavía no se había acabado el tiempo de largo plazo de los itzáes. De hecho, inmediatamente después de la caída de Tayasal, en esta región surgieron cinco naciones indígenas que lograron mantener cierta independencia hasta finales de la época colonial (AGI, Escribanía de Cámara, Leg. 339B, pieza 14).

 

 

2.3 La presencia Cocom en relación con el tiempo de los itzáes

Entonces, ¿qué significado tendrían las dos intervenciones de los Cocom en la historia de los itzáes? La primera tuvo lugar en el Katún 8 Ahau (1185-1204) en que Hunac Ceel Cauich se arroja voluntariamente en el cenote sagrado de Chichén Itzá y logra regresar con el mensaje de las deidades. Por lo tanto, la gente empieza a reconocerlo como ahau y luego como halach uinic, y le construyen una pirámide (Gordon, 1919: 10-11).

    El mensaje estructurado de este texto contenido en el Chilam Balam de Chumayel corresponde al ritual iniciático de Hunac Ceel. En concreto, su retorno del cenote-inframundo con vida señala el renacimiento en el mundo terrestre con "la palabra" de los seres sagrados. Justamente, esta palabra enunciada por él después del retorno al mundo terrestre fue lo que comprobó su conocimiento y facultad de establecer comunicación con los antepasados deificados y las deidades, adquiridos durante su estancia en el cenote-inframundo. Consecuentemente, fue denominado ahau y halach uinic, y así Hunac Ceel se convirtió en un gobernante legítimo. Es por ello que él está relacionado con la pirámide - montaña, que es la equivalencia del árbol sagrado y encarnaba físicamente sus simbolismos. Así pues, podemos resumir que los amanuenses mayas quisieron destacar el proceso concreto de la legitimación del poder que siguió este personaje, usurpador de la gubernatura de Mayapán.

    Sabemos que en la historia de los itzáes aparece Hunac Ceel como el conquistador de Chichén Itzá. Si bien los textos mayas no ofrecen ninguna explicación del por qué, deduzco, con base en todo lo discutido con anterioridad, la posibilidad de que este personaje intentara usurpar el dominio de los itzáes y por lo tanto, el dominio del tiempo de largo plazo, el "gran ciclo katúnico". Obviamente Hunac Ceel y la casa cocomina así como los Xiu y los Canul, otros linajes de las tierras bajas mayas del norte, tenían acceso al manejo de la rueda katúnica. Así, tal como lo mencioné en el inciso 2.2, ellos legitimaron su poder político dentro de un ciclo katúnico. Sin embargo, los itzáes fueron los únicos que podían operar el "gran ciclo katúnico" que dura aproximadamente 769 años, por lo que su eliminación de la escena política maya significaba el acceso a este tiempo exclusivo. Esta sería la razón por la cual, para Hunac Ceel de los Cocom, Mayapán tenía que poseer el calificativo Siyan Can, lugar de sabiduría y renacimiento, que marcaría el principio del nuevo "gran ciclo katúnico" Cocom.

    No obstante, para los itzáes la conquista de su capital tendría un significado cósmico distinto. Ellos claramente sabían que el inicio del nuevo "gran ciclo katúnico" comenzaría en dicho Katún 8 Ahau, para lo cual simbólicamente tenían que renacer a la tierra después de pasar por el inframundo donde obtendrían la sabiduría necesaria a través de varias pruebas, con la finalidad de legitimar su poder en el nuevo tiempo. Justamente por este requisito cósmico fue necesaria la invasión de Hunac Ceel. Así los itzáes tuvieron que "esperar" 2 katunes o 40 años para realizar el contraataque a los Cocom de Mayapán, lapso que coincide con el que siempre los itzáes pasaban al principio de cada ciclo katúnico para llegar al sitio destinado. Por lo tanto, para los itzáes el asiento de su nuevo "gran ciclo katúnico", Mayapán, debía tener también el calificativo Siyan Can.

    A finales del siguiente Katún 8 Ahau (1441-1461) apareció un gobernante Cocom que hizo lo mismo que su antepasado (Landa, 1938, Cap. VIII: 17), lo cual representa nada menos que el fallido intento de acceder al tiempo cósmico de este linaje frente a los itzáes, y los demás grupos nunca le otorgaron su consentimiento.

 

3. Consideraciones finales

En este trabajo he tratado de entender la lógica que está encerrada en la "historia" de los itzáes así como el significado de la presencia de los Cocom en ella. Los itzáes manejaban dos tiempos distintos: el ciclo katúnico y el gran ciclo katúnico con una duración aproximada de 769 años. Ambos eran representaciones físicas de los aspectos horizontales y verticales del cosmos maya, con lo cual los amanuenses indígenas intentaron legitimar el poder político de los itzáes, ubicándolos en su cosmología y cosmogonía. En esta visión, los itzáes aparecen no solamente como los que representan el orden cósmico, sino también como los creadores y engendradores del universo. En tanto que la presencia de los Cocom que hasta dos veces intervinieron en la historia de los itzáes es interpretada como los intentos fallidos de usurpación del manejo exclusivo del gran ciclo katúnico itzá.

    El hecho de que solamente los itzáes manejaran el tiempo de larga duración, cuando los demás vivían con el tiempo de corto plazo, o sea dentro de un ciclo katúnico, tendría que ver con que Chichén Itzá fue una gran capital en Mesoamérica y que a lo largo de la historia de los mayas ésta fue la única etapa en que su cultura ocupaba un lugar central en el mundo mesoamericano (Schele y Freidel, 1990: 497). Cristóbal Sánchez, encomendero de Tekantó y Tepakán, decía:

En un tiempo estuvo toda esta tierra debajo del dominio de un señor estando en su ser la ciudad antigua de Chichenyza, a quien fueron tributarios todos los señores de esta provincia y aún de fuera de la provincia; de Méjico, Quauhtemalin, Duapa y otras provincias les enviaban presentes en señal de paz y amistad ... (RHGY I: 216).

    Así, el tiempo de los itzáes perduraría más allá de la invasión española, por lo que los mayas actualmente siguen recordándolos.


1 Este trabajo es una parte de la investigación realizada por el autor dentro del proyecto:"Los itzáes desde la época prehispánica hasta la actualidad: estudio interdiciplinario de un grupo maya" (CONACYT 400358-5-3081H). Asimismo, este artículo fue publicado como parte de la memoria intitulada Simbológicas (CONACYT-Plaza y Valdés-ENAH, México, 1997), pp. 181-190.

2 Barrera Vásquez le atribuye también la acepción de "gran" o "famoso" (Barrera Vásquez y Morley, 1949:29)



Tsubasa Okoshi Harada Regresar
CEM/IIFL/UNAM

 

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