En mi infancia conocí a Domingo, a quien cariñosamente le decíamos Nery, no sé por qué, desde la escuela primaria. Recuerdo mucho que su niñez transcurrió en el seno de una humilde familia campesina que vivía en el norte de Bécal, Campeche, que en su gran mayoría profesaba la religión protestante, no así el sector sur, donde las familias eran católicas, lo cual no impedía su relación amistosa. Hasta hoy existe el templo que construyeron las familias de religión protestante, a donde acudían a escuchar los más importantes pasajes de la Biblia. Por cierto, había una marcada diferencia en la conducta de estos dos sectores de la población becaleña, porque mientras los protestantes no eran afectos a las bebidas embriagantes (hoy día no sé) por otro lado, una gran parte de los católicos no tenían impedimento alguno en su afición a tomarse las copas, sobre todos los domingos. En ese ambiente se desenvolvió mi paisano Domingo.
Por muchos años dejé de ver a mi paisano porque a partir de 1938, mis padres trasladaron su domicilio a la villa de Dzitbalché. De aquí me fui a estudiar a la escuela Normal Rural de Hecelchakán hasta 1944 cuando terminé la carrera de Maestro Rural y luego a fines de septiembre del mismo año, recibí mi despacho para iniciar mi labor magisterial en la villa de Bolonchenticul, hoy Bolonchén de Rejón, en la región llamada de los Chenes, donde logré mis ascensos hasta ocupar la Inspección de la V Zona Escolar que cubría 32 escuelas de tres sectores: Hopelchén, Bolonchén y Dzibalchén con escuelas que llegaban hasta Xkanhá.
Al fin llegó mi jubilación (1982) en que volví a ver a Domingo hace dos años más o menos, lo que me ha dado mucho gusto porque actualmente trabaja en el Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia, con sede en esta ciudad, como Transcriptor Paleógrafo.
La historia de Domingo es digna de conocerse porque sabemos que nació el 12 de mayo de 1927 en el pueblo de Bécal, habiendo estudiado el 4º. Grado de Primaria, luego el 5º y 6º en la escuela llamada complementaria en la Escuela Normal Rural de Hecelchakan. Con ayuda de los ministros protestantes estudió la enseñanza Secundaria en el Colegio Americano (1955).
En 1957 ingresa al Seminario Presbiteriano, donde se graduó y ordenó como Presbítero en 1961 para que en 1963 se hiciera cargo de la iglesia "Jesús" en Progreso, Yucatán. Su trayectoria continúa, y entonces de 1964 a 1967 se hace cargo de la dirección del internado del Colegio Americano y a fines de este mismo año es encargado del Pastoreado de la Iglesia "El verbo de Dios" en Chuburná de Hidalgo. Es fundador del albergue "Casa Hogar Eben- Ezer, A.C" en 1963 para ayudar a niños huérfanos. Desde el 5 de septiembre e 1983, colaboró durante 5 años en la elaboración del Diccionario Maya Cordemex, bajo la dirección del ilustre sabio de Maxcanú, don Alfredo Barrera Vázquez, obra cumbre donde también colaboró el hijo de Domingo, Sociólogo David Dzul Góngora, y el señor Refugio Vermont Salas, y como redactores de los eminentes mayistas Juan Ramón Bastarrachea Manzano y Willian Brito Sansores.
Mi amigo Domingo también es autor de varios libros (3) sobre cuentos mayas que aprendió, cuando niño de sus padres. Además, por la gran facilidad en el dominio del idioma maya, ha asistido a dictar conferencias en este sentido, por lo que a podido proyectar su personalidad y destacar en el campo cultural más allá de sus posibilidades económicas, cuyos obstáculos logró vencer con tesón y ahínco, hasta ser hoy lo que merecidamente se le reconoce en el INAH por la serie de trabajos que le han encomendado, los cuales a cumplido a cabalidad.
No cabe la menor duda de que Domingo ha cumplido como hombre y como padre de familia que ha dado profesión a todos sus hijos, David, sociólogo; Samuel, odontólogo; Jimmy, ingeniero civil con Maestría en Puentes y Aeropuertos; Carlos, licenciado en Leyes; Abisaí, licenciado en Matemáticas, y Sara, Arqueóloga.
Cuanta satisfacción debe sentir Domingo por todos estos logros que ha podido obtener a base de esfuerzo y constancia, por lo que se puede afirmar que querer es poder.
Me olvidaba señalar que Domingo tiene casi 20 años de trabajar en el I.N.A.H. y está adscrito al Departamento de Historia como Transcriptor Paleógrafo y, además es Pastor Emérito en el H. Presbiterio de la Iglesia Histórica Reformada en el Siglo XVI.
Su esposa es la señora Petrona Góngora Uc, nacida enTelchac Puerto, Yuc., pero de padres oriundos de Bécal.
Como becaleño, me siento orgulloso de que un paisano como Domingo se haya sobrepuesto a todos los obstáculos económicos que encontró en su camino para que hoy pueda decir: Misión Cumplida.
Escrito por el Prof. Adolfo González Salazar
en el periódico Por Esto! El 6 de diciembre de 1999.
